Akira Toriyama es el mangaka más famoso de todo el mundo y este honor se lo debe a Dragon Ball, pero nada de esto hubiera sido posible sin las películas de animación, los filmes live action, las historietas norteamericanos y los mangas japoneses que marcaron su infancia. De hecho, el “Sensei” ha manifestado en ciertas entrevistas que de pequeño solía asistir a las funciones de las películas de Disney que se proyectaban en su natal Nagoya, prefectura de Aichi, estado perteneciente a la Tierra del Sol Naciente, Japón.
Casi todos los fans conocen que Akira Toriayama basó su historia en el cuento tradicional chico “El Viaje al Oeste de Wu Cheng’ en, así como también en el mito del Rey Mono. Además, Astroboy del mangaka Osamu Tezuka también marcó el rumbo de su vida profesional.
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Pero si el “Sensei” le debe su carrera a una producción de Disney, esa es 101 Dálmatas, la película infantil de animación que se lanzó en el lejano año de 1961.
Para quienes no lo sepan, esta película se desarrolla en Londres, Inglaterra, y se centra en la vida de un compositor de música llamado Roger Radcliffe y su querido perro dálmata, Pongo. Roger ha vivido solo toda su vida, al igual que Pongo, así que decide conseguirle una pareja a su perro y también para él. Afortunadamente, un día Pongo se fija en una perra dálmata que acompañaba a una chica guapa llamada Anita, por lo que arrastra a su dueño hasta el parque para encontrarse con las feminas.
Más tarde, Anita, Roger, Perdy y Pongo empiezan una vida juntos y los caninos tienen 15 cachorros. Pero todo se complica cuando a la historia llega Cruela de Vil, una fanática de las pieles y la moda, quien quiere utilizar a los cachorros de dalmata como prenda de vestir.
Quizá te estés preguntando, ¿Y qué tiene que ver todo esto con un anime de acción y artes marciales? Resulta que el “Sensei” entró a un concurso artístico organizado por la Compañía del Ratón, en el que se tenía que hacer un dibujo de la película “101 dálmatas” y, a pesar de no haber ganado, este evento en la vida de Akira Toriyama terminaría por definir qué quería hacer por los siguientes años.
