28.3 C
Mexico
martes, junio 24, 2025

Buy now

Sobre el camino

Por. – Benjamín Bojórquez Olea.

TERESA…

En política, los gestos no solo hablan: gritan. Y cuando el gesto es la inacción, el grito es de traición. Lo que está ocurriendo en el Congreso de Sinaloa no es una anécdota: es un manifiesto. María Teresa Guerra Ochoa, figura morenista de alto perfil, ha optado por cruzarse de brazos mientras el alcalde de Culiacán, en anteriores sesiones, Juan de Dios Gámez Mendívil, ha sido sistemáticamente desangrado por los suyos. No por la oposición —que al menos tendría lógica—, sino por los mismos que se llenan la boca hablando de transformación, justicia y pueblo. Su “Ley Guerra” como era de esperarse dio un giro de 180 grados, se retractó la legisladora y dio reversa a una iniciativa que atenta contra la libertad de expresión. Y en política no existen casualidades. 

Lo cierto es que el verdugo de turno fue Serapio Vargas, un diputado cuya lealtad es tan volátil como una hoja en vendaval, peor aún, no tiene calidad moral para que le rindan cuentas, a juicio generalizado, tendría más valor su silencio. Pero el verdadero drama no es el golpeador, sino la omisión de quien sostiene la lámpara para que el golpe sea certero. La jurisconsulta Teresa Guerra Ochoa observa, calla y, con ese silencio, se vuelve cómplice. Porque en la política, no hablar y defender la casa la que te sostiene políticamente es también una forma de asesinar.

Aquí no hay ingenuidad. Hay cálculo. Guerra Ochoa no protege a Gámez Mendívil porque ha medido el costo político y ha decidido que es más rentable callar que incomodar. Lo ha dejado caer como se deja caer una carta inútil en una jugada estratégica. ¿Por convicción? No. Por conveniencia. Porque es la ruta al 2027. Y la percepción también juega un papel estratégico, pues cada silencio suma puntos entre los que ya reparten candidaturas como si fuesen herencias. La consigna parece clara: si habrá mujer en la boleta, entonces que ningún hombre haga sombra. Y si el alcalde cae, que caiga con estruendo.

¿Dónde quedó la sororidad?¿Dónde está el discurso de justicia de género?¿O es que la lucha por la igualdad solo se activa cuando no estorba a los planes personales? Lo que queda claro es que el silencio de Teresa Guerra tiene nombre, apellido y una ambición que no cabe en los muros del Congreso. Y quizás, sí: si la jugada no le resulta, no pasa nada, tal vez añora regresar a los foros como analista o miembro vitalicio, como una auténtica protagonista de los noticieros “Los Noticeristas”.

Lo que más debería alarmarnos no es la falta de respaldo político —cosa común en la selva de la 4T—, sino la degradación institucional. El Congreso de Sinaloa, en teoría casa del pueblo, está sirviendo de ring para pleitos internos que nada tienen que ver con el bienestar de los ciudadanos. Se está convirtiendo en un templo de egos, un laboratorio de intrigas, una fábrica de nuevas castas disfrazadas de cambio.

¿Quién gana con la caída de Gámez Mendívil? Los mismos que llevan años jugando al poder por turnos. Los que no buscan transformar nada, sino reciclar el viejo sistema con banderas nuevas. Los que hablan de pueblo pero se deben a sí mismos. Y en medio de todo, el ciudadano ve cómo la esperanza se pudre desde adentro, cómo la traición no necesita colores distintos para operar.

Porque sí: lo que está en juego no es una alcaldía. Es el futuro del proyecto. La 4T no fue solo un eslogan electoral; fue, al menos para muchos, una posibilidad de refundar la política. Pero cuando los golpes vienen del propio bando, lo que se rompe no es un nombre: es la confianza.

GOTITAS DE AGUA:

Teresa Guerra Ochoa ha decidido que su silencio hable, y su silencio es ensordecedor. Dice que hay lealtades selectivas. Dice que la justicia tiene matices. Dice que el poder puede más que la congruencia. Mientras tanto, Gámez Mendívil paga el precio de ser incómodo, y el gobernador Rubén Rocha Moya recibe las esquirlas de una “guerra” en la que, por omisión o por cálculo, la líder morenista ya eligió bando. En política, los traidores no siempre apuñalan… a veces solo apagan la luz. Por lo pronto, la líder morenista en el congreso local quedó expuesta y señalada como un personaje irreverente y sin una pizca de gratitud. “Nos vemos mañana”…

The post Sobre el camino appeared first on Primero Editores.

Related Articles

Stay Connected

0FansLike
0FollowersFollow
0SubscribersSubscribe
- Advertisement -spot_img

Latest Articles