Si de algo pecamos la mayoría de personas, es de no adoptar una buena postura, es más, de ser incapaces de corregir la postura de nuestra espalda. Es decir, mantener durante el día -especialmente en momentos en los que nos solemos encorvar más, como el trabajo frente al ordenador o al caminar-, una columna recta y alineada con el cuello, ese gran olvidado que a menudo se nos carga demasiado después de estar inclinados sin levantar la vista de la pantalla durante toda la jornada.
Algo que no solo nos afecta estéticamente -porque sí, una buena postura estiliza mucho-, sino todavía más relevante, a nivel de salud y bienestar. Pero, si llevamos toda nuestra vida -independientemente de la edad que tengamos- con la columna doblada hacia adelante, ¿aún estamos a tiempo de corregirlo? La buena noticia es que -salvo que exista una patología- la respuesta es sí
Según explica Borja Mendia, fisioterapeuta en el centro deportivo Distrito 480 Bilbao, “cuanta mayor higiene postural tengamos, más fácil será tener una buena posición. Evidentemente, a cualquier edad se puede trabajar, pero cuanto más tiempo estemos viviendo con una mala higiene postural, más costará rectificar ese mal hábito; pero es totalmente corregible”.
Eso sí, debemos puntualizar que los expertos de Clínica Trevi apuntan que esto también dependerá en gran medida de la edad y de si tenemos alguna patología -por ejemplo, es irreversible en el caso de las personas mayores, normalmente debido a la osteoporosis-, por eso siempre es recomendable consultar a los especialistas primero.
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A esto debemos añadir un factor importante, y es que con el paso de los años estaremos cada vez más encorvados, ya que “con la edad se pierde estructura”, advierten desde Clínica Trevi, a lo que Borja Mendia añade que “el hecho de que todos los trabajos que hacemos emplean nuestros brazos y manos hacia adelante, provoca que nuestros hombros, si no tenemos una buena higiene postural, se vayan hacia adelante”.
Conviene recordar ciertas pautas que suelen repetir los expertos. Por ejemplo, cuando caminamos, el fisioterapeuta de Distrito 480 aconseja “intentar repartir el peso de las mochilas y bolsos”, mientras que a la hora de trabajar sentados, hace hincapié en que “es importante tener una buena silla de oficina, una buena altura de la pantalla y de la mesa… Intentando que nuestros hombros no deban estar hacia adelante o hacia abajo”.
La buena noticia es que, además, Mendia confirma que a fuerza de fijarnos en nuestra postura, puede terminar por convertirse en un hábito que hacemos casi sin pensarlo, pues señala que “sea cual sea la edad, con una conciencia de la importancia de mantener la espalda recta al caminar y mucha constancia, se puede conseguir una muy buena higiene postural”.
No obstante, desde Clínica Trevi advierten que “si la estructura es débil, siempre estará el problema, por lo que el ejercicio rehabilitador para crear tono muscular sería lo más adecuado, junto con una dieta y ejercicios personalizados, con los que se fortalecerá la estructura, evitando así las malas posturas“.
Y es que si en algo coinciden los especialistas, es en que, al contrario de lo que podríamos pensar, no se trata tanto de enfocarnos en la espalda en sí misma, sino de trabajar toda la estructura que la sostiene, pues si ésta es fuerte, tendremos una menor tendencia a encorvarnos.
A la hora de escoger una práctica deportiva concreta, Borja Mendia confirma que cualquier deporte puede ser bueno para establecer hábitos saludables, mejorar el tono muscular y la postura, aunque siempre recordando que “es importante que el entrenamiento esté pautado y guiado por un profesional”.
Desde luego, toda rutina fitness será mejor que nada, ya que “lo que no es beneficioso bajo ningún concepto es el sedentarismo, lo que impide que nuestra espalda tenga un buen tono muscular que facilite una buena postura”.
Si buscamos un buen lugar por el que empezar, desde Clínica Trevi aconsejan comenzar por un deporte “de bajo impacto y progresivo, como el pilates, la natación o en sala de aparatos con ejercicios muy específicos y técnicos”. Pero siempre recordando que, aunque ningún entrenamiento nos hace encorvarnos peo, sí que hay algunos que, sin ningún tipo de tutela, tendemos a ejecutar de forma errónea, lo cual puede ser muy perjudicial.
Por eso, si queremos centrarnos en la espalda, los especialistas de Clínica Trevi desaconsejan “cualquier actividad colectiva o individual que no esté indicada para una rehabilitación específica, artes marciales, aerobic, spinning, crossfit, etc.”.
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Es por eso que los expertos tampoco suelen recomendar hacer abdominales tradicionales en general -siendo mejor apostar, por ejemplo, por las planchas-, pues sin la asistencia de un entrenador formado, tendemos a adoptar una mala postura que puede repercutir en nuestra espalda y cuello.