El entrenamiento deportivo es un proceso complejo de tipo pedagógico. Por lo mismo, se requiere hablar de principios básicos para el desarrollo de la condición física y el deporte en todas sus etapas de desarrollo. También nos podemos referir a ellos como principios metodológicos del entrenamiento. Estamos hablando de un conjunto de máximas y reglas de carácter genérico que rigen el proceso de desarrollo de la condición física y el deporte. Estos principios están fundamentados en aspectos fisiológicos, biológicos, psicológicos y pedagógicos. Todos ellos se relacionan entre sí y garantizan la aplicación correcta de todo el proceso de entrenamiento. Hay que decir que estos están diseñados sobre las bases de principios pedagógicos de carácter general que condicionan cualquier proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo como se trata de la aplicación de ejercicios físicos con cargas físicas y psíquicas considerable, es requisito elevar las posibilidades funcionales del organismo del deportista. Entonces los principios pedagógicos en las esferas de la educación física y el deporte adquieren un contenido especial. También hay que decir que son una muy amplia gama, inclusive han aparecido nuevos principios que reflejan las particularidades del proceso de educación física, incluyendo el del entrenamiento deportivo, como bien lo ha expresado Ozolin (2012).
Así es que no podemos abordar el tema del entrenamiento deportivo, sin considerar los principios que lo sustentan, ya que en ellos se condensan las generalidades que de una u otra forma se van a generar y sin las cuales sería imposible desarrollar científicamente la tarea de preparar al deportista para competir en óptimas condiciones. Esencial es basar el proceso de planificación y ejecución de la programación deportiva en estos principios, ya que se requiere una aplicación correcta y científica de la cual dependerá en gran parte el éxito de un entrenamiento.
Los principios del entrenamiento son la base y el fundamento de la teoría general del entrenamiento, sin los cuales no se puede cristalizar los procesos de formación y potencial deportivo. Estos también están basados en los cambios fisiológicos que se dan durante el ejercicio y las adaptaciones del organismo con el entrenamiento. También hay que decir que hay un sin número de escuelas que hablan de esta temática, por ello es que tal vez aumentan la importancia de estos principios, pues si bien hay matices y diferentes posturas y categorizaciones de éstos, su esencia y construcción científica son muy similares; además todos ellos se fundamentan en la forma como el entrenamiento se convierte en un estímulo que modifica los mecanismos fisiológicos del organismo. En esta ocasión, sólo hablaremos brevemente de dos de la larga lista de principios. Tenemos el principio de sobrecarga, llamado así por García Manso. En este sentido, el proceso de entrenamiento físico-deportivo se compone de los elementos que en última instancia serán los que determinen la carga aplicada al deportista: volumen, intensidad, duración y densidad. Estos deberán ser organizados de forma que el estímulo sea el adecuado de acuerdo a las características propias de cada deportista, el momento de entrenamiento, el objetivo fijado, así como considerar también las características específicas de la disciplina deportiva.
Ahora bien, el estímulo del entrenamiento debe superar un cierto umbral de intensidad. Es decir, se requiere desestabilizar el estado de homeostasis natural del organismo, esto está relacionado de forma directa con la condición física de cada persona. Este umbral será alterado mediante esfuerzos selectivos y además adecuados de forma individual, estos son conocidos como estímulos físico. Su aplicación será de manera continua, progresiva y consciente, producirá lo que busca todo proceso de entrenamiento físico-deportivo: La adaptación biológica, proceso más conocido como bioadaptación. Y en el caso más específico del entrenamiento deportivo le llamaremos supercompensación. Ahora bien, como nos indica Carslile: La carga de entrenamiento deberá ser severa y deberá aplicarse con frecuencia e intensidad suficiente para hacer que el cuerpo se adapte de modo máximo a una actividad particular (….) Los esfuerzos muy sostenidos en entrenamientos o carreras sólo deben hacerse rara vez.
Por otra parte, uno de los principios nodales tiene que ver con la individualización del entrenamiento. Así es que cada persona responde de forma diferente al mismo entrenamiento por alguna de las siguientes razones: por ejemplo, relacionado con la herencia, el tamaño del corazón y pulmones, la composición de las fibras musculares, el biotipo, entre otros, son factores de gran influencia genética. Las personas más favorecidas en este sentido responderán mejor a los distintos estímulos de entrenamiento. En cuanto a la maduración, observamos que los organismos más maduros pueden utilizar mayores cargas de entrenamiento, lo cual no es conveniente para los atletas jóvenes que están utilizando sus energías para su desarrollo. En tanto la nutrición, hay que decir que una buena o mala alimentación incide de forma diferente en el rendimiento. También influyen el descanso y sueño, así es que cuando se introduce un deportista en un programa de entrenamiento intensivo, los más jóvenes necesitan más descanso del normal. El nivel se mejora más rápidamente si el nivel de condición física es más bajo. Por el contrario, si es alto, se necesitan de muchas horas de entrenamiento para lograr sólo unos pequeños cambios.
Muy importante la motivación, los atletas que obtienen mejores beneficios son aquellos que ven la relación entre el duro trabajo y el logro de sus metas personales. Aquellos que participan para satisfacer los objetivos de sus padres, generalmente no alcanzan logros elevados. También las influencias ambientales están invitadas, pues las respuestas al entrenamiento pueden verse influidas si el deportista se ve sometido a situaciones tanto de estrés emocional en su casa o en la escuela como de frío, calor, altitud, contaminación, entre otros. El entrenador debe darse cuenta de la situación y suspender la práctica cuando las condiciones ambientales puedan ser demasiado severas o una amenaza para la salud. Es importante comentar lo que nos comparte Ozolin (2012) en el sentido de que el principio de individualización exige que los objetivos y tareas de la participación del deportista, es decir, los ejercicios físicos, su forma, su carácter, intensidad y duración, los métodos de realización y muchos otros aspectos de la preparación que debe realizar el deportista, se seleccionan en correspondencia con el sexo y la edad de los practicantes, del nivel de sus posibilidades funcionales, en la preparación deportiva y su estado de salud, teniendo en cuenta sus peculiaridades del carácter, las cualidades psíquicas, entre otros. Sin esto es muy difícil alcanzar un elevado dominio deportivo.
Ahora bien hay que decir que las técnicas de individualización, que van desde aquellas que en los primeros momentos entorpecían el hallazgo de las soluciones alternativas, hasta las más modernas, que permiten desarrollar una educación inclusiva e interactiva, apreciándose su evolución tanto en la teoría como en la práctica. Entre algunas de las alternativas más empleadas para lograr una efectiva individualización en la planificación del entrenamiento deportivo se pueden señalar las alternativas tradicionales tales como: el entrenamiento adicional, el expediente del atleta, el entrenamiento personal, llamado también personal training y el entrenamiento por planes que contempla un plan para cada alumno y un plan para cada grupo. También está las alternativas contemporáneas que se fundamentan en un plan único con grupos de planificación y se cuenta con el entrenamiento basado en un algoritmo. La importancia de esto está en conocer cómo han evolucionado estas alternativas, de manera que el conocimiento que se obtenga sirva para la sistematización de la teoría sobre la individualización y permita enriquecer la práctica pedagógica de los entrenadores.