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Politiquería ofensiva

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Politiquería ofensiva

En el papel, el trabajo político debe servir para apoyar a los grupos representados con un catálogo de valores lo suficientemente amplio para saber comportarse ante las exigencias del reto; ideas, principios y costumbres encaminadas para un bien común.

Desafortunadamente, y particularmente en países como el nuestro, todo indica que un número importante de quienes de mueven en estos territorios, optan por conductas sustentadas en criterios mezquinos y ruines.  Para ellos es que existe el término politiquería.

Su poco criterio les hace decir y hacer barbaridades, que lejos de establecer empatía con sus representados, acaban siendo verdaderas faltas de respeto por la poca conexión con la realidad que muchos mexicanos viven, de pobreza, carencia y desesperación.

Anteriormente hemos escuchado a funcionarios de alto nivel asegurando que con un salario de 6 mil pesos las personas podían pagar sus créditos de vivienda y automóvil, el gasto operativo y hasta mandar a sus hijos a escuelas privadas; lo anterior, escupido en febrero de 2011, es sin duda uno de los grandes ejemplos de la insensibilidad de quienes acomodados en sus privilegios, no tienen contacto con la realidad.

Cuando pensábamos que esas expresiones dejarían de aparecer en nuestro contexto, aparece un personaje en Nuevo León (que sorprendentemente aspira a ser gobernador), cuya ignorancia y poca conexión cerebral ha evidenciado su ínfima calidad humana y su verdadera naturaleza.  Esta persona, ya había mostrado su evidente misoginia al prohibir a su esposa que enseñara mucha pierna en un video que grababan so pretexto de hacerse el cercano con la gente.

Cierto es que pidió disculpas, pero eso no evitó que con el paso del tiempo confundiera un centro de niños atendidos por cáncer con un albergue para perros, y que en días recientes siguiera compartiendo sus joyas comunicativas al afirmar que tuvo una infancia de terror porque su padre lo obligaba a ¡jugar golf!

Al respecto, resulta fuera de contexto y absolutamente ajeno a la realidad de cientos de millones de personas que en su vida han tenido contacto con un deporte de facto elitista y establecido para las élites.

Y si eso no fuera suficiente, fue filtrada una entrevista en la que despectivamente dijo que una persona puede sobrevivir con su sueldito de 40 o 50 mil pesos. Habría que recordarle que en reciente estudio Bienestar y equidad, realizado por el Colegio de México, la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD) y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), establece que un 59% de los mexicanos tiene un salario de 2 mil quinientos cuarenta y ocho pesos; y sólo el 1% de la población logra superar los 38 mil pesos mensuales.  

No me preocupa lo que este hombre diga, que al final, no es más que la visión de una persona que asume que porque él nació en cuna de algodones, todo el mundo está en esa condición; lo que espanta es que haya fuerzas políticas que sean capaces de promover a personajes de esta índole para cargos públicos.

Peor aún, que la gente vote por personalidades así, ignorantes, mal educadas, sin estudios, sin empatía y capaces de ejercer la politiquería en su más grande expresión.

¡Pobre México!

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