Debido a la pandemia por coronavirus es de vital importancia mantener un gran ejército de defensas listas para combatir cualquier infección, para ello es importante llevar una dieta saludable y ejercicio físico constante. Sin embargo, hay hábitos cotidianos que pueden estar debilitando tu sistema inmune.
Los alimentos procesados son el enemigo número uno del organismo, sabemos que se trata de comida poco nutritiva, alta en azúcar, grasa y sal, causando severos daños en la salud. Responsable de la obesidad y sobrepeso, debilitando el sistema inmune. Estudios recientes han confirmado que las personas con obesidad tienen más riesgo de desarrollar una enfermedad más grave por coronavirus.
No dormir no lo suficiente es otro de los hábitos cotidianos que debilitan el sistema inmune. ¿Qué pasa cuando no dormimos? La falta de sueño disminuye la función de las células que son claves para defendernos de las infecciones causadas por bacterias y virus. Dormir de siete a ocho horas diarias es fundamental para regular el sistema inmune.
Si acostumbras beber de manera regular y fumar seguramente tienes un sistema inmune debilitado. Investigadores de la Universidad de Harvard señalan que beber, aunque sea un poco, suprime la actividad normal de las células del sistema inmunológico y pone en juego la salud del cuerpo; el riesgo es mucho mayor si la copa de vino la acompañas de un cigarrillo.
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El estrés, la ansiedad y la depresión son más frecuentes en las personas a consecuencia del distanciamiento social, la falta de actividades recreativas, el confinamiento, la nueva normalidad, son algunos de los factores que han alterado la salud mental de millones de personas en el mundo. No relajarse definitivamente debilita nuestras defensas y exponemos aún más nuestra salud.
Al estresarnos o pasar por periodos de ansiedad comenzamos a liberar cortisol, una hormona que impide la acción de los glóbulos blancos, es decir, la primera línea de contención del organismo ante cualquier amenaza de bacterias o virus. Aunque en la nueva realidad sea complicado mantener la calma es la clave; hay alternativas saludables que contribuyen a disminuir la ansiedad y el estrés.
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El ejercicio físico ya sea en casa o al aire libre es una buena idea para disminuir los niveles de cortisol en nuestro cuerpo. La actividad física ayuda a contrarrestar los efectos de la hormona del estrés al activarse la dopamina, oxitocina, serotonina y endorfinas, sintiéndonos más relajados y felices.