El Thornbury Castle fue uno de los muchos castillos en los que los miembros de la dinastía Tudor, actualmente extinta, pasaron sus días, y en mayo de este año se convertirá en un hotel donde podrán comer y dormir como un rey.
El castillo fue construido en 1511, se encuentra en el suroeste de Inglaterra y parece sacado de un cuento medieval, o al menos de un capítulo de series de fantasía medieval como ‘Bridgerton’, ‘Downton Abbey’ o ‘The Last Kingdom’. Thornbury Castle cuenta con una gran torre octogonal, ventanales enormes, patios amurallados con jardines, torretas y chimeneas, y se encuentra en un terreno rodeado por cedros y sequoias para mayor privacidad.
La propiedad está protegida por una puerta en la entrada que revela un camino que conduce al castillo desde una vieja carretera rural, la cual se encuentra en perfectas condiciones, y fue el hogar de una de las figuras más infames de la historia británica.
De acuerdo con los historiadores, Thornbury Castle fue el elegido por el rey Enrique VIII y a su segunda esposa, Ana Bolena, para pasar su luna de miel en 1535, mucho antes de que todo terminara en tragedia para Ana Bolena.
Unos 20 años antes, el rey Enrique VIII quien, le dio permiso a Edward Stafford, tercer duque de Buckingham, para construir un castillo para reemplazar una vieja casona que se encontraba ahí antes, pero después el duque traicionó al rey, fuera ejecutado por traición y la corona tomó posesión del castillo y lo eligió como el lugar perfecto para ir a pasar esos momentos de felicidad de una nueva relación.
Supuestamente, Enrique VIII y Ana Bolena pasaron diez días aproximadamente en Thornbury, después de su boda, durmiendo en una de las habitaciones del castillo a la que se puede llegar por una antigua escalera de caracol que todavía existe.
Y no solo Ana Bolena pasó por los pasillos del palacio, la Princesa Mary (hija de Enrique VIII y su primera esposa) vivió ahí durante años, en un periodo en el que se negó a adoptar convertirse en protestante como su padre (que fue lo que le permitió divorciarse y casarse de nuevo con Bolena), y al poco tiempo, en 1553, llegó a ser reina y tomó el nombre de Mary I.
Ella fue conocida porque tuvo uno de los reinados más sangrientos del Reino Unido, antes de su muerte en 1554, y fue ella quien buscó que el castillo fuera devuelto a sus dueños originales, la familia del duque de Buckingham.
Thornbury Castle es uno de los castillos más increíbles del mundo, fue abandonado por 200 años después de eso, pero fue rescatado y restaurado en 1850, y muchos, muchos años después fue comprado por una compañía que decidió darle al mundo una probadita de la vida en tiempos de los Tudor al transformar el castillo en un hotel de lujo.
El viejo castillo es ahora un hotel y tuvo algunas restauraciones y actualizaciones para que los visitantes tengas acceso a WiFi y a todas las comodidades del mundo moderno, pero sin perder su estilo, historia y esencia.
Al quedarse en Thornbury pueden observar las enormes chimeneas, los techos decorados y dormir en una de las 27 habitaciones que llevan el nombre de las figuras históricas que fueron parte de la vida del castillo en algún momento.
Las habitaciones están decoradas como en los tiempos de los Tudor, los jardines se conservan como en su mejor época y los invitados incluso pueden tener una demostración con un maestro halconero, probar la comida del chef Carl Cleghorn, quien hace lo posible por darle un giro moderno a los clásicos británicos, tomar un masaje o simplemente pasar la tarde caminando hasta llegar al pueblo cercano que todos los días ofrece una cata de gin.
La idea de quedarte en Thornbury Castle es que puedas vivir como lo hacían los reyes de unos cuantos siglos atrás y pasar unas vacaciones relajadas con la mejor vista, así que si son fans de la nostalgia es una opción para vacacionar como reyes.
GQ.