Síndrome de la cabaña: el problema que enfrentamos en esta cuarentena

En redes sociales dominan las publicaciones que imploran salir de casa: “cuando esto termine vamos a tal lado”, “lo primero que haré al salir a la calle será…”, etc.

La cuarentena mundial impuesta como medida preventiva ante el coronavirus (COVID-19) provoca el síndrome de la cabaña: estrés, nerviosismo y aburrimiento.

Sin lugar a dudas, hay quienes sobrellevan mejor el distanciamiento social, pero los expertos advierten de un “nuevo” mal que podría aquejar a la humanidad de forma masiva.

Por ejemplo, el doctor Ovidio Peñalver —psicólogo sanitario y psicoterapeuta— apunta que en plena pandemia viral, la salud mental no puede ser dejada de lado.

Así como hay casos actuales de depresión por el encierro, el denominado “Síndrome de la Cabaña” podría repuntar cuando la cuarentena sea levantada.

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Peñalver cita en gran parte de su trabajo bibliográfico, que el Síndrome de la Cabaña es aquel estado mental donde el individuo se acostumbra demasiado a un entorno solitario y en confinamiento.

Claro que, lo más sano ante cualquier adversidad provocado por factores externos (como la cuarentena) es aprender a sobrellevarla, pero lo peligroso de acostumbrarse a ello reside cuando la mente se obsesiona en mantener ese estilo de vida por siempre.

Otros especialistas como el doctor Paul Rosenblatt de la Universidad de Minnesota, explican que el Síndrome de la Cabaña es un término novedoso en psicología, pero se manifiesta frecuentemente en víctimas de secuestro liberadas, reclusos que cumplieron su condena, personas pasaron meses en un hospital, etc.

Rosenblatt asegura que, el fin de la cuarentena sí será una noticia positiva para la mayoría de las personas, pero habrá muchas a las que les produzca pavor:

Al momento de que ya se permita transitar con regularidad, habrá gente que no querrá hacerlo. Al estar confinado en un sitio pequeño, la energía baja y el estado general de agotamiento son tolerables, uno se adapta a la situación y ya está, se acostumbra a hacer el esfuerzo mínimo (…) Entonces, podría desarrollarse aversión al exterior, ya sea por cansancio o por miedo a los agentes fuera del control en casa.

Por su parte, el doctor Peñalver señala a aquellos que son más vulnerables al Síndrome de la Cabaña: las personas de la tercera edad.

Dicho sector no sólo se distingue a nivel global por ser más vulnerable ante los contagios de COVID-19, también son los más propensos a desarrollar agorafobia (miedo a espacios abiertos) ante un distanciamiento social justificable:

Cuidar a los ancianos en estos momentos y mantenerlos en casa es esencial, pero hay que procurar los mismos cuidados para cuando la situación se normalice: vigilar si desarrollan pánico a cruzar la puerta o si se agitan de sólo pensar en el exterior.

Los especialistas coinciden en que lo mejor es conocer más sobre el Síndrome de la Cabaña: saber que puede manifestarse y a la vez, tener certeza de que puede tratarse.