En el caso de los whiskies, como con todo, hay algunos que son mejores que otros y eso no tiene que ver necesariamente con el precio, sino con el sabor, la calidad y los matices de una bebida. El whisky es una bebida que no se toma de golpe, ya que hay que disfrutarlo, saborearlo y entenderlo, y para eso hay que aprender a tomarlo bien y a no dejarse llevar por algo tan simple como el precio en la etiqueta.
Claramente todo depende de los gustos personales, el whisky favorito de alguien puede ser el más odiado por los expertos o uno que es barato, pero también es bueno conocer un poco de lo que dicen los expertos y sus tips que lo único que buscan es que se pueda disfrutar un buen trago de esta bebida y aprender a darte cuenta si lo que se están sirviendo es lo que se busca.
Saber identificar un buen whisky ayuda a no cometer errores, como desperdiciar una bebida con la mejor calidad y sabor al combinarla con otros ingredientes que la opacan.
No se trata de pretender ser un experto, sino de conseguir la mejor experiencia posible.
Datos sobre el Whisky:
La forma en la que se escribe es importante ya que no es un tecnicismo, el whiskey, con “e”, viene de Irlanda, mientras que el whisky viene de Escocia, que, según algunos expertos, tiene el mejor whisky del mundo.
El blended (las mezclas) no es peor: En el whisky existen muchos tipos, está el blended, el single malt, blended malt, cask strength, single cask y bouble marrying, que implican distintos procesos de producción, envejecimiento, almacenamiento e ingredientes, pero no quiere decir que uno sea peor que otro.
Este es un caso de gustos personales y se puede encontrar muy buen whisky en cada categoría.
En qué vaso tomarlo: El whisky debes servirlo en un vaso ancho y recto, que te permite apreciar mejor el sabor de la bebida y percibir todos sus aromas.
En cuanto a como apreciarlo, Xavier Monclús, instructor de cata en Europa para Louis Vuitton Möet Mennesy España (LVMH), le dijo a Drinks&Co que existen tres factores que son clave a la hora de elegir un whisky.
Olor:
Al acercarse la nariz al whisky, el olor a alcohol no debe ser demasiado fuerte, no debe evitar que puedas percibir los demás aromas de la bebida. Un whisky con un exagerado olor a alcohol muy probablemente tendrá baja calidad, ya que significa que no tuvo una buena integración alcohólica. El whisky no debe oler mal o tener un fuerte aroma a alcohol.
Sabor:
El sabor del primer trago de whisky ayuda a definir la percepción. Independientemente del contenido alcohólico, no debemos sentir irritación o ardor en la boca al probar la bebida.
Si tomas un whisky y la presencia de alcohol es tan grande que parece que te anestesia la boca, entonces ya no se podrá disfrutar más ese whisky, ya que ya no les sabrá a nada.
Precio:
Mucho se llega a creer que el whisky más caro es de mejor calidad que el barato y definitivamente vale la pena invertir un poco más por un buen single malt de 10 a 12 años, pero hay un límite y pagar un millón de dólares por una botella no significa que el whisky sepa mejor que una de unos cuantos pesos.
Monclús dice que “Es mucho mejor beber poco y muy bien que mucho y barato. Solo tenemos un hígado y, si es posible, todo lo que entre en nuestro cuerpo debe ser de la máxima calidad. Los malos productos solo nos traerán problemas”.
GQ.