Al menos ahora no tengo que preocuparme porque otro hombre tenga sexo con mi esposa, dijo.
Virgil Solis cumplía una libertad vigilada por una tobillera electrónica. Había sido condenado a 18 años de prisión por violar a una joven que se negó a tener sexo con él.
El homicida vivía en un departamento con la hoy occisa en el Bronx, Nueva York.
“Luego de asesinarla llamó a varias personas, incluido su oficial de libertad condicional y algunos miembros de la familia de la víctima para reportarles lo que había hecho”, dijo el juez Richard Fasano, quien contó detalles del crimen.
La policía lo apresó luego de 12 horas
“Luego se rompió el GPS del tobillo y huyó hasta que fue arrestado por la policía en el centro de la ciudad de Nueva York”, agregó. Los agentes lo detuvieron casi 12 horas después del crimen.
Tras haber cometido el asesinato, al primero que llamó fue al padre de la hija de Valerie, y le dijo: “Ven a buscar a tu hija… acabo de matar a su madre”.
Posteriormente en otra llamada telefónica amenazó con ir al funeral de la mujer y disparar contra todos. Por último, llamó a su consejero en el Manhattan Psychiatric Center, donde vivía.
Suzanne McElwreath, la abogada de Solís, pidió libertad bajo fianza para su defendido pero la justicia se lo denegó.
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