NUEVA YORK.
Es mucho lo que está en juego, los anunciantes pagan más de 5 millones de dólares tan sólo por el derecho a transmitir un comercial de 30 segundos durante el Super Bowl. La meta es capturar la atención de los más de 110 millones de espectadores que se espera que sintonicen el gran partido el próximo domingo, idealmente tocando una fibra sensible que despierte su entusiasmo por una marca. La segunda alternativa es simplemente llamar la atención, aun si un anuncio ofende a algunas personas. Peor resultaría ser olvidado de inmediato.
Más gente me verá en esto que en las últimas tres películas que he hecho”, dijo el actor y comediante Bill Hader (“Trainwreck”) en un adelanto del primer anuncio de Pringles para el Super Bowl.
Tras un año de turbulencia política y cultural, los anunciantes del Super Bowl se alejaron de los temas de unidad en favor de campañas y anuncios que apuntan al corazón.
110 millones de personas siguen la transmisión del Super Bowl
El año pasado, poco después de que el presidente Donald Trump asumiera el poder, los anuncios tuvieron temas de inclusión. Airbnb mostró personas de distintas etnias con el mensaje “todos pertenecemos” y Coca-Cola repitió un comercial con America the Beautiful interpretada en diferentes idiomas
5 anuncios presentará la cadena NBC para promocionar los Olímpicos de Invierno
Tras un año de debate encendido sobre la inmigración, jugadores de la NFL arrodillados durante el himno nacional y el movimiento contra la violencia sexual #MeToo, muchos anunciantes trataron de ir a lo seguro con rostros famosos y enfocándose en causas inofensivas, tratando de destacarse con humor simplón y acrobacias. Claro que algunos tratan de ir por lo que sea que llame la atención.
No hay un Super Bowl sin celebridades que beban bebidas azucaradas y devoren comida chatarra. Cindy Crawford aparecerá en una nueva versión de su emblemático comercial de Pepsi para el Super Bowl de 1992. La marca también tendrá a Peter Dinklage y Morgan Freeman en comerciales para nuevas versiones de Doritos y Mountain Dew.
En un comercial de Pringles, el actor Bill Hader presenta una práctica, apodada “apilar sabores”, con distintas variedades. M&Ms lanzó un adelanto con Danny DeVito vestido de M&M sumergido en chocolate.
Y en un comercial que no es de comida pero que también busca llamar la atención, la marca de software Squarespace contrató a un barbudo Keanu Reeves y lo sentó junto a una fogata a promocionar sus servicios para páginas web.
Algunos anunciantes fueron directo por la calidez y el bullicio, al darse cuenta que es mejor apostar por cosas que gustan universalmente”, dijo Kelly O’Keefe, directora del centro de marcas de la Universidad Virginia Commonwealth.
NBC creó cinco anuncios cinematográficos de 60 segundos mostrando a deportistas olímpicos para crear emoción antes de los Juegos Olímpicos de Invierno, que comenzarán a transmitirse cuatro días después del Super Bowl. Los comerciales incluyen a deportistas estadunidenses como la esquiadora Lindsey Vonn y el patinador Nathan Chen.
Los comerciales más atrevidos del Super Bowl han tenido resultados mixtos. Snickers no regresará o este año luego de que un comercial en vivo el año pasado no tuvo tanto éxito. Pero los expertos en marketing no se rinden.
Tide, que el año pasado hizo un comercial con Terry Bradshaw que pareció ser un comentario durante el partido, regresará este año con el legendario exquarterback de los Acereros.
cva
Source: Excelsior