Desde hace tres años, Aldi Novel Adilang(19) trabajaba como guardián de lámpara en una trampa de peces flotante a 125 kilómetros de la costa de Sulawesi del Norte, en Indonesia. Cuando llegó julio, los vientos empezaron a correr más fuerte y arrancaron su ancla del lecho oceánico, enviándola a miles de kilómetros.
Junto a la choza, Adilang también se desplazó y perdió por el mar, con suministros limitados de agua, gas y combustible. Pero el chico quería sobrevivir e hizo todo lo posible por lograrlo.
Durante 7 semanas utilizó madera de la cabaña de pesca para encender fuegos, sobre los cuales cocinó pescado que atrapó. También se vio obligado a beber agua de mar durante su inesperada aventura.
El panorama era complejo porque la trampa para peces no tenía motor ni timón, por lo que una vez a la deriva, estaba a merced del mar. También debió racionar a lo largo de todos los días su comida y lo hizo muy bien, según declaró el cónsul general de Indonesia en Osaka, Japón, Mirza Nurhidaya.
El adolescente hizo muchos intentos para abanderar barcos que pasaban con un paño hecho jirones, para ser rescatado. En una entrevista reciente con el medio indonesio TribunManado, Aldi dijo que pensaba que iba a morir allí y que estaba tan desesperado que pensó en saltar al agua y darse por vencido.
Contó que en sus momentos más oscuros, trató de recordar los consejos de sus padres para orar en momentos de angustia, por lo que consultó la Biblia.
El último día de agosto, Aldi vio un luz de esperanza. Un buque de bandera panameña, el Arpeggio, se asomaba frente a las costas de Guam e intentó llamar su atención pero desafortunadamente no tuvo éxito.
Luego pudo ajustar su radio a una frecuencia que le permitió conectarse con la carga y enviar una señal de emergencia. La tripulación acercó al adolescente al barco y arrancó su cuerpo débil de las aguas.
Lo subieron a bordo, le dieron atención médica y luego lo llevaron a Japón para entregarlo a los funcionarios del consulado que llegaron a Tokuyama durante los primeros días de septiembre.
Voló a casa con sus padres en Manado, en Indonesia donde se encuentra en forma y gozando de un buen estado de salud.
Su madre, Net Kahiking, habló con AFP y aseguró que: “Su jefe le dijo a mi esposo que había desaparecido. Entonces, simplemente nos rendimos a Dios y seguimos orando mucho. Ahora está de vuelta en casa y tendrá 19 años el 30 de septiembre, vamos a celebrar“.
Source: UPSOCL