El tamarindo es una especie de dátil de donde se obtiene una pulpa que en México se utiliza para la elaboración de agua de sabor y dulces, sean típicos o comerciales.
El colectivo McPont decidió tomar “prestada” la presentación de una de esas golosinas comerciales, agregar marihuana a la composición del tamarindo y vender el producto en la Ciudad de México y sus alrededores.
El resultado es el “Pelón Pone Rico”, que McPot creó en febrero pasado y elabora y distribuye desde un pequeño taller ubicado en Ecatepec, municipio conurbado de la capital del país, en el Estado de México.
A la fecha el colectivo McPot, que tomó el sobrenombre de su fundador, ha vendido ya 1,500 unidades de ese “dulce con mota”, que tomó el nombre de un producto comercial muy conocido en México como “Pelón Pelo Rico”, porque la pulpa de tamarindo sale por unos orificios superiores del pequeño envase, que asemejan la calva de una cabeza.
Para lograr la combinación con el cannabis, el colectivo McPot extrajo la droga con alcohol y la mezcló con la infusión de diferentes sabores del dulce: hay sabor tamarindo, mango y chamoy, que tienen 250 miligramos de THC (el tetrahidrocannabinolque es el psicoactivo del cannabis). Y hay uno llamado “negro” con 400 miligramos.
Estas cantidades son suficientes para que un usuario frecuente logre los efectos de la marihuana. Por eso, el creador de la “golosina” recomienda “llevársela tranquilo” y disfrutar del sabor picante mientras el cannabis surte efecto.
Esta no es la primera vez que Mcpot combina la yerba con dulce. Antes también hizo la mezcla con chocolates y mazapanes (la pasta de almendra cruda y molida, que en México se vende como una golosina en presentación muy parecida al alfajor), que distribuía entre sus amistades.
“La idea de los tamarindos salió de un amigo que me preguntó si podía infusionarlos. Y pues el Pelón es el que todos conocen, que además puedes traer en la bolsa y comerlo cuando quieras”, relató el fundador del colectivo.
Para el “Pelón Pone Rico”, McPot se asoció con otra persona y contrató trabajadores que lo ayudan con el empaque y procedimiento de inyección cannábica.
Lo vende a través de redes sociales privadas, con mucho cuidado debido a que el comercio de la droga aún es ilegal en México.
El productor espera que en cuanto se permita la compraventa de marihuana crezca su negocio y logre poner una dulcería en donde se vendan todo tipo de combinaciones innovadoras.