Durante los últimos años, el aumento del veganismo ha sido notorio. Muchas son las personas que por diversas razones han optado por este estilo de vida. Porque eso es: una de muchas maneras de pararse frente al mundo. El que crea que ser vegano es una moda, que lea este post.
Sólo en Inglaterra, según The Vegan Society, en los últimos cuatro años el número de personas que se declaran veganos ha crecido exponencialmente. De 150.000 en 2014 a 600.000 en 2016 y, aunque aun no determinan la cifra actual, se estima que es mucho mayor.
Las razones por las que la gente adopta este modo de vivir son variadas: por salud, por la defensa de los derechos animales, por gusto y un largo etcétera. Y todas ellas son igualmente válidas.
Pero, a pesar de que puedan tener diferentes motivos, en lo que todos coinciden es que ser vegano trae un invaluable bienestar personal.
Penny Lown, una mujer de 55 de Cornwall, es una de ellas y su caso es impresionante. Según su relato, el veganismo la ayudó a superar el cáncer.
Seis meses de vida y un máximo de un año era lo que los médicos pronosticaban para Penny. Luego de notar que padecía un cáncer de páncreas en etapa terminal, era todo lo que podían pensar.
Y aunque el diagnóstico fue devastador, la mujer decidió intentarlo de todas formas. Pensó que cambiar sus hábitos alimenticios y comenzar una vida saludable, en algún sentido, podría contribuir a su mejoría. Y así sucedió.
Además de la quimioterapia y las cirugías propias del tratamiento, Penny decidió adoptar el veganismo como estilo de vida.
Han pasado cinco años.
“Después de la cirugía me sentí como un animal indefenso y herido. Entonces no podía consumir nada que involucre el sufrimiento de los animales. Yo era ese animal, sufriendo, prácticamente en manos del destino”, contó Penny a UNILAD.
Junto con ello, luego de su tratamiento, obligadamente la mujer debió cambiar su dieta. “Cuando mi cuerpo se curó y sanó, solo pude ponerle combustible “puro”. Cuanto más lo hacía, mejor me sentía, y no quiero pasar el resto de mi vida sintiéndome ansiosa por la posibilidad de que el cáncer vuelva a aparecer”, agregó.
Para Penny es simple: su dieta contribuye a que las enfermedades crónicas no reaparezcan. Según cuenta, ha estudiado y leído mucho al respecto, y está segura de su estilo de vida.
Y su bienestar no es sólo físico. A raíz de su experiencia y su cambio en los hábitos alimenticios, asegura que su visión del mundo cambió. Ahora mira la vida de otra manera y se preocupa tanto de su condición física como de su estado emocional y espiritual.
Source: UPSOCL