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viernes, septiembre 20, 2024

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La crisis humanitaria en Gaza: Escasez de medicinas, falta de higiene y hambruna desatan epidemia de enfermedades infecciosas

En Gaza, la falta de medicamentos, la ausencia de condiciones higiénicas adecuadas y la escasez de alimentos han llevado a una propagación descontrolada de infecciones, alcanzando niveles nunca antes vistos. Las consecuencias de la guerra han agravado aún más la situación.

La falta de medicamentos, la falta de higiene, la escasez de alimentos y otros efectos de la guerra han provocado un aumento sin precedentes de las enfermedades en Gaza.

La situación en Gaza se ha agravado debido a la escasez de medicamentos, la falta de higiene, el hambre y otras consecuencias de la guerra. Esto ha llevado a un aumento sin precedentes de enfermedades infecciosas, que podrían empeorar aún más durante el invierno.

Después de dos meses y medio de la ofensiva militar de Israel, la Franja palestina se encuentra con un sistema sanitario saturado, largas filas de espera para acceder a un baño y una grave crisis de hambruna, comparable a la de Etiopía o Somalia. Como resultado de esta situación, se han registrado miles de casos de diversas enfermedades en la región.

El doctor Maruan Shafik Ali lo describe como "catastrófico", un término que también utilizan repetidamente organismos internacionales y organizaciones humanitarias para referirse a una crisis que continúa empeorando.

El director de este hospital, ubicado en Rafah, al sur del enclave costero, se encarga de atender a más de un millón de personas que han buscado refugio en el lugar debido a los constantes bombardeos.

Según el relato, la población de Rafah ha aumentado a un millón 300 mil personas debido al desplazamiento. Anteriormente, la ciudad tenía una población de 300 mil habitantes.

El doctor se lamenta de que los equipos médicos estén abrumados por la cantidad de pacientes con enfermedades infecciosas que deben atender ahora, a diferencia de antes.

Se han registrado más de 95 mil 500 casos de diarrea, alrededor de 19 mil 300 casos de sarna, aproximadamente 17 mil 500 casos de parásitos, alrededor de 4 mil 400 casos de viruela, alrededor de mil 900 casos de intoxicaciones alimentarias, meningitis y otras enfermedades. Sin embargo, existe el temor de que estas cifras sean el doble de las reportadas.

Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los números escritos a mano en un papel confirman que los casos de diarrea han aumentado significativamente desde el inicio de la guerra en octubre. Según la OMS, ahora hay 25 veces más casos de diarrea que antes del conflicto.

La Organización Mundial de la Salud ha reportado más de 100 mil casos de diarrea, de los cuales la mitad afectan a niños menores de 5 años. Además, se han registrado más de 150.000 casos de infecciones respiratorias, así como de meningitis, sarna, piojos y varicela.

Este médico está preocupado de que si hace frío, la gripe y las enfermedades respiratorias se propaguen, lo que podría empeorar una crisis humanitaria sin precedentes en Gaza durante el invierno.

En lugares como campos de desplazados, escuelas convertidas en refugios y viviendas donde varias familias conviven, la gripe se está propagando debido a la falta de espacio, ya que más de 20 personas están siendo alojadas en una tienda de campaña de cuatro por cuatro metros.

En la Franja, hay una larga lista de necesidades que incluyen combustible para los hospitales y agua potable para los desplazados. Estas necesidades son cruciales para proporcionar energía y garantizar la salud de las personas, ya que muchas enfermedades podrían ser tratadas fácilmente si hubiera recursos suficientes.

En el colegio de Al Quds, ubicado en el centro de Rafah, el médico de familia Mosaab al Mubayed brinda ayuda en este centro de acogida que alberga alrededor de 2,500 personas, incluyendo muchos niños.

Hace un mes, esta persona y su familia llegaron a este lugar desde el norte de Gaza. Solo había un equipo de enfermeros y necesitaban médicos. Sin embargo, no tienen suficientes medicinas y las que reciben de organismos como UNRWA son muy escasas. Como resultado, se ven obligados a administrar dosis más bajas, lo cual es lamentable.

La viruela, la malaria y la diarrea son enfermedades que se propagan rápidamente, especialmente entre los niños que viven en campos de desplazados abarrotados y sin acceso a servicios de salud.

Al igual que su compañero, afirma que muchas de estas enfermedades pueden tratarse fácilmente si se dispone de medicamentos básicos, como el paracetamol. Sin embargo, sin estos medicamentos, muchos niños corren el riesgo de morir. La situación futura parece preocupante.

Reciben informes de personas que sufren de intoxicación alimentaria debido a consumir una gran cantidad de alimentos enlatados. Esto ocurre porque el hambre no tiene en cuenta la fecha de vencimiento de los productos, lo que resulta en una diarrea severa.

Hay casos en los que los niños llegan en una condición crítica y no hay una ambulancia disponible para llevarlos al hospital o no hay los recursos necesarios para hacer un diagnóstico preciso entre tantas enfermedades.

Yana, una adolescente de 14 años, acudió al médico con síntomas de tos y fiebre alta. Desafortunadamente, fue diagnosticada con neumonía pero no había los medicamentos específicos disponibles, por lo que tuvieron que recurrir a opciones alternativas para tratarla.

"Esto es un claro ejemplo de la situación que tenemos aquí", afirma.

Según la agencia de noticias EFE.

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