A lo largo de nuestra historia y de los años, han surgido diferentes teorías y mitos sobre la Independencia de México.
Historiadores, cronistas y especialistas cuentan una historia alterna sobre este hecho histórico de nuestro país.
Sin embargo, la historia que nos cuentan en las escuelas y que es la versión oficial, nos ha adoctrinado sobre nuestros héroes y los sucesos por los que se logró la Independencia de México de la corona española.
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Por este motivo, Rayas te presenta tres datos curiosos que los Illuminati, Masones y el Yunque no quieren que conozcas sobre la celebración del Grito de la Independencia.
LA CONQUISTA
El escritor Luis González de Alba, en su libro “Las mentiras de mis maestros”, nos explicó que la historia oficial de nuestro país se basa en una serie de enredos que repetimos sin reflexionar cuando gritamos de forma vehemente: ¡Viva México! ¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
De acuerdo con el autor de “Las mentiras de mis maestros”, el primer mito de la historia de nuestro país es el que conocemos como la Conquista de México, porque en 1521 el territorio mesoamericano habitado por un conjunto de tribus que unen al grupo de 300 españoles que comandaba Hernán Cortés para vengarse de los abusos que recibían de los Aztecas.
Si este país hubiera sido conquistado por los 300 españoles de Cortés, con diez caballos hambreados y unos arcabuces viejos… vergüenza debería darnos andarlo diciendo. La <<conquista>> fue obra del odio indígena contra la bárbara ferocidad azteca. La caída y destrucción de Tenochtitlán, que celebramos el 13 de agosto, es el resultado de un levantamiento popular multitudinario, el de todas las naciones entre Veracruz y esa ciudad, contra el imperio Azteca y su feroz opresión”.
Con apenas cien años de existencia independiente en 1521, los aztecas habían llevado la humillación de sus pueblos súbditos a extremos de ferocidad que nunca alcanzaron los nazis”, explicó González de Alba en su libro.
EL GRITO
Los héroes que nos dieron patria olvidaron escribir un texto para aclarar a las futuras generaciones que, el Día de la Independencia de la Nueva España, porque todavía no existía México, fue el 28 de septiembre de 1821, fecha en que Agustín de Iturbide y el virrey, Juan O’Donojú, firmaron el Acta de Independencia.
Luis González de Alba en su texto “Mentiras de la Independencia”, nos explica que a Porfirio Díaz se le ocurrió en 1896 instalar en el balcón central del Palacio Nacional la campana de la iglesia de Dolores, que utilizó el cura Miguel Hidalgo para iniciar una revuelta en contra de la monarquía Española.
(…) Terminada la instalación el día 14, llegó el fandango por el cumpleaños presidencial, el 15, y Porfirio Díaz, que cada año salía a recibir la aclamación de su pueblo bueno, tuvo la ocurrencia de replicar la campana histórica, quizá con la sola intención de indicar que allí estaba y no se veía porque era de noche. Pero no gritó nada, al menos que se recuerde”, expresó Luis González de Alba.
En este sentido, existe una confusión con relación al día de la Independencia y sobre la fecha de la revuelta que comenzó el 16 de septiembre de 1810, porque desde mediados del siglo XIX, esta festividad se conmemora la noche del 15, día que, durante el Porfiriato, coincidió con el cumpleaños del dictador que gobernó a México por más de 30 años.
EL CURA HIDALGO
La vida de los héroes de bronce está llena de capítulos oscuros que las elites políticas y económicas maquillan para crear seres como los que aparecen en la película de John Carpenter, “Ellos viven”.
Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mondarte Villaseñor, mejor conocido como el cura Hidalgo, es un héroe de bronce con un pasado que la historia oficial siempre trata de ocultar.
En la escuela nos enseñaron que Miguel Hidalgo y Costilla, la noche del 15 de septiembre, mientras repiqueteaba la campana de la iglesia de Dolores y sostenía un estandarte de la virgen de Guadalupe, encabezó el levantamiento armado en contra de la opresión del Virreinato español con la célebre frase: “Caballeros somos perdidos, aquí no hay más remedio que ir a coger gachupines”.
Sin embargo, a nuestros profesores de historia se les olvidó mencionar que el “Padre de la Patria”, aparte de su gusto por beber y bailar, procreó cinco hijos: Agustina, Mario Lino, María Josefa, Micaela y Joaquín.
Eugenio Aguirre, autor de la biografía “Hidalgo”, explica en una entrevista que le hizo la periodista Diana Amador, para la revista Expansión, que este héroe de bronce fue un ser sanguinario que ordenó varios asesinatos y saqueos.
Era un hombre de mucha luz, muy divertido, amante del teatro, culto, sensible a los problemas sociales, brillante, pero también un ser humano con conflictos, internos, depresiones y caídas”, declaró Eugenio Aguirre a la periodista Diana Amador.