Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero Base, dijo que la decisión de Pemex de dejar fuera a Fitch en el proceso de calificación generará pérdida de confianza para la estatal mexicana, dañará su reputación y la del Gobierno, pues el mercado lo puede interpretar como un “si no me quieres calificar bien, no me califiques”.
La estatal mexicana Pemex informó que Fitch Ratings le dejará de prestar servicios de calificación de valores desde marzo argumentando una “optimización” en la contratación de este tipo de funciones para afrontar el complejo contexto económico.
La petrolera dijo en un comunicado a la bolsa local que se da por terminada la contratación para la calificación local y global.
Pemex agregó que la decisión no representa ningún riesgo para futuras emisiones de valores, ya sea en el mercado nacional o internacional, “toda vez que la empresa seguirá contando con los servicios de calificaciones crediticias necesarios que exige el marco regulatorio nacional e internacional” para emisiones.
En el comunicado, Pemex señaló que será a partir del 4 de marzo cuando rescinda de los servicios de Fitch.
En reacción al anuncio, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero Base, dijo que la decisión de Pemex de dejar fuera a Fitch en el proceso de calificación generará pérdida de confianza para la estatal mexicana, dañará su reputación y la del Gobierno, pues el mercado lo puede interpretar como un “si no me quieres calificar bien, no me califiques”.
“Fitch fue de las calificadoras que tuvieron una mano más firme con Pemex y cuando han sido los recortes en la calificación se han visto saltos en el tipo de cambio y pérdidas en la bolsa.
“Muy probablemente el mercado vaya a interpretar la decisión de Pemex de dejar fuera a Fitch del proceso de calificación como un ‘no me quieres calificar bien, no me califiques’. Esto implica pérdida de confianza sobre Pemex”, dijo Siller.
Aunque aún se cumple con tener dos calificadoras, el hecho de quitar a una, que ha sido la que ha tenido la mano más firme, es un error de política económica, pues daña la reputación de Pemex y del Gobierno, recalcó la analista.
En repetidas ocasiones el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, critico con dureza a la firma Fitch por calificar “de distinta forma” a PEMEX cuando había todavía un gobierno neoliberal.