La sangre que vomitó un paciente, que entró en paro cardiaco, le cayó en los ojos a Jorge Alejandro López Rivas cuando junto a otro de sus compañeros, trató de reanimarlo en el área de urgencias del Hospital “Dr. José María Rodríguez”, de la Secretaría de Salud del Estado de México, cuando el joven se desempeñaba como médico interno de pregrado, eso causó que el médico se contagiara de COVID-19 y posteriormente falleciera lamentablemente el 4 de enero, tras vivir semanas de agonía, relató Sharon López Rivas, hermana del estudiante de Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Pedimos justicia por la pérdida de la vida de mi hermano, en la que es claro que hubo negligencia y abuso de sus superiores y al final me lo terminaron matando”, afirmó Sharon. Agregó que, como médicos internos de pregrado, trabajaban sin protección y también denunció que, hasta este 9 de enero, “ninguna autoridad de la Secretaría de Salud o autoridad del Estado de México, se ha comunicado con mi familia para solidarizarse con nuestra pérdida y responder por el trato que le dieron a Jorge Alejandro”.
Afirmó que ahora enfrenta el contagio por COVID-19 que sufre su padre y su hermano menor, así como con el temor de que ella y su madre tengan SARS-CoV-2 y puedan contagiar al resto de su familia.
El 6 de diciembre de 2020, Jorge Alejandro López Rivas, de 29 años de edad, contó a su familia que tuvo guardia en el área de urgencias del hospital, a donde llegó un paciente grave que entró en paro y con uno de sus compañeros le dieron reanimación, pero el enfermó vomitó sangre que le cayó en la cara y le entró en los ojos.
A los pocos días, Jorge Alejandro empezó con dolor de ojos y de cabeza, diarrea, perdió el gusto y le dolía el cuerpo; el 15 de diciembre regresó al hospital, pero ya iba con la boca morada y le dijo al doctor José Zacarías que se sentía mal, que temía tener COVID. Sus jefes le respondieron que “no comprara falsos diagnósticos”. “Vete a cumplir con tu labor”, le ordenaron.
Al ver una placa torácica en la que había señales del Sars-CoV-2, otros médicos confirmaron la enfermedad. Jorge Alejandro murió por COVID-19 el 4 de enero, en el mismo hospital en que como médico trabajó.
“No recibieron equipo de protección especial, incluso tuvo que comprarse cubrebocas e insumos personales”, denunció Sharon López.
Actualmente hay al menos cinco estudiantes que tienen diagnóstico positivo a COVID-19 de más de 30 que han resultado con coronavirus sólo en este hospital del ISEM, reiteró Sharon luego de reunirse con compañeros de su hermano.
A Sharon le tocó acompañar a su hermano, en la parte trasera de una camioneta, en el trayecto de su casa al hospital ubicado junto a Plaza Aragón, en “los 15 minutos más difíciles de su vida”, donde cuidó la oxigenación y la estabilidad de un tanque de 9 mil 500 litros de oxígeno, que trató de abrir al máximo cuando Jorge se desvanecía y ella sólo pudo decirle que lo amaba.
Jorge Alejandro murió 40 minutos después de ingresar a la sala de choque del hospital, el pasado lunes cuando sus compañeros trataron de reanimarlo para salvarle la vida.
QS.