EL DÍA QUE MARCO AL GIGANTE NOKIA
Las empresas toman decisiones todos los días, pero algunas resultan ser más trascendentales que otras. El que fuese el mayor gigante del mercado de la telefonía móvil vio cómo sistemas más avanzados le recortaban mucho terreno, y finalmente optó por un camino que, correcto o incorrecto, lo convirtió en la compañía que es ahora. Nokia eligió Windows para seguir su camino.
Echando la vista al pasado es fácil saber si las decisiones beneficiaron o perjudicaron a la compañía, y no es algo que vayamos a juzgar hasta el final de este artículo. Simplemente expondremos los hechos que llevaron a Nokia a dejar de lado Meego, el sistema operativo que desarrollaban, para abrazar a Microsoft en el día que marcó su futuro. Y todo empezó con una llegada.
Stephen Elop llega a Nokia desde Microsoft
Hemos de situarnos mentalmente en el año 2010, hace ya siete años en el pasado a partir de hoy. En aquel momento, Nokia aún dominaba el mercado pero su puño de hierro comenzaba a reblandecerse. En el año 2007 se presentó el terminal que lo cambiaría todo para siempre y la compañía finlandesa aún no había conseguido subirse al tren de la nueva tendencia. Cual Thor viendo cómo Hela destruía Mjölnir, Nokia comenzaba a caer en desgracia.
La cuota de mercado de Nokia el año anterior era de casi el 45%, pero en 2010 había caído 8 puntos hasta situarse en torno al 36 ó 37%. En el lado contrario, Android había pasado de un 3 a un 22%, un crecimiento vertiginoso apoyado sobre todo por fabricantes chinos que comercializaban terminales más avanzados sobre el papel que los últimos Symbian y en la misma gama de precios.
Nokia invirtió el verano de 2010 en la búsqueda de un nuevo CEO que recondujese la situación de la compañía, y la solución fue la de fichar al director de operaciones de Microsoft, Stephen Elop. La experiencia del canadiense era notable pues había pasado por Macromedia, adquirida posteriormente por Adobe, y también por Juniper Networks. En Microsoft también estuvo al cargo de Office, un ejecutivo con credenciales.
Elop sustituyó así a Olli-Pekka Kallasvuo y se convirtió en el primer presidente de la compañía que no había nacido en el país noreuropeo. Posteriormente se sabría que Elop se embolsó una prima de contratación de casi 6 millones de euros del año 2010. Llegó con una plataforma de servicios Ovi bastante orientada en Nokia y con dos sistemas operativos a su cargo: Symbian y MeeGo.
Cuentan, aunque nunca fue oficial, que uno de los motivos por los que se contrató a Elop fue por su conocimiento del mercado norteamericano y su cercanía a Silicon Valley. Un mercado que siempre se le había resistido a Nokia con Symbian y que pretendían asaltar en fechas venideras. Pero sobre todo, había que recortar el tiempo perdido frente a Apple y Google, sus principales competidores con iOS y Android.
Nokia abandona Meego y abraza Windows
Elop no tardó en tomar decisiones drásticas en el seno de la compañía finlandesa tras lo que él denominó “un plataforma en llamas”. El 11 de febrero de 2011, meses tras su contratación, Nokia anunció que optaba por Microsoft para ejercer de proveedor de su sistema operativo. Windows Phone 7, la versión que los de Redmond tenían en circulación en aquel momento, irrumpió en Nokia con fuerza. Casi la misma fuerza con la que MeeGo era descartado poco más de un año después, se acabaron los sistemas de desarrollo propio. Nacían los Lumia.
Los servicios que Nokia proveía a través de Ovi, tanto aplicaciones como contenidos, pasaron entonces a formar parte de Microsoft Marketplace, la tienda de Microsoft que precedió a la actual Microsoft Store. No fue el único cambio ya que Nokia Maps se incorporó a Bing Maps, y los terminales futuros de Nokia se beneficiarían de la alianza con Microsoft a través de la aparición de Office y de Xbox Live.
Estoy muy contento con la decisión que tomamos. Hace un par de años estábamos preocupados con el alto riesgo de que un único fabricante pudiera dominar el mercado Android. Teníamos la sospecha de quién podría ser por los recursos disponibles, la integración vertical, y fuimos conscientes de que llegábamos algo tarde en esa decisión. Muchos otros habían entrado ya en ese mercado.
El acuerdo era sellado entre Stephen Elop y Steve Ballmer, quien por entonces era CEO de Microsoft. En este momento, Nokia cesó las conversaciones con Google, compañía con la que había estado también negociando. En declaraciones oficiales, Nokia reconocería que se optó por Windows Phone debido a que en Android tendrían problemas para diferenciarse.
Demasiados fabricantes participaban del pastel del sistema operativo de Google, en su mayoría chinos, y Nokia veía muy complejo destacar entre todos ellos. La elección de Windows Phone ofrecía, en teoría, la posibilidad de iniciar un camino con poca competencia en su propio sistema operativo. La compañía perdió algo con el cambio, no obstante, y es que sus empleados se redujeron sustancialmente a nivel mundial.
Pese al descarte de MeeGo, cuyos desarrolladores se marcharían y acabarían fundando Jolla (Sailfish OS), Nokia seguiría usando su sistema Series40 para teléfonos de gama baja, aunque este sistema también acabó desapareciendo y siendo sustituido por Asha en manos de Microsoft. El futuro de Nokia estaba sellado y en manos de Microsoft. Pero aún habría más cambios.
Microsoft se hace con Nokia y Elop vuelve a casa
A Microsoft la asociación con Nokia no le salió precisamente gratis, ya que se supo que uno de los factores que influyó en la asociación entre ambas empresas fue que los de Redmond habían pujado fuerte por entrar en Nokia. Microsoft se llevó el gato al agua de una puja privada en la que Google se sentó virtualmente al otro de la mesa.
Con todo, Google no lo tenía todo perdido. Aparentemente, Nokia se guardó una carta en la manga por la que, de no funcionar el acuerdo con Microsoft, podría unirse al barco Android en el año 2012. Esto fructificó en un par de modelos o tres con Android, presentados en el Mobile World Congress de Barcelona y con alianzas con Yandex para incorporar su tienda. No tuvieron recorrido.
Finalmente, Microsoft acabó comprando íntegramente la división móvil de Nokia a finales del año 2013 y Elop volvió a su anterior casa para hacerse cargo de la división de hardware de la compañía. Poco más de un año después de su vuelta a Microsoft tras la compra del fabricante finlandés, Elop abandonó el cargo de Director de la división de hardware y también la compañía que entonces ya gobernaba Satya Nadella.
La aventura de Elop acabó un 17 de junio de 2015 con Nokia completamente en manos de Microsoft y fabricando y distribuyendo terminales de la línea Lumia. El resto de la historia es bien conocida por los que hayan seguido la actualidad tecnológica de los últimos años. Microsoft acabaría por suprimir la marca Nokia de sus teléfonos, lanzándolos bajo el paraguas de su marca Microsoft, y el último teléfono lanzado data del mes de febrero de 2016. El Lumia 650 fue el último teléfono de Microsoft hasta la fecha y Elop forma hoy parte del equipo de Telstra, la operadora móvil australiana.
¿Una decisión acertada?
Sobre el papel, las decisiones que Nokia tomó fueron aparentemente correctas. La necesidad de salvar el barco de Symbian les llevó a elegir a Microsoft, con un Windows que aparentemente les ofrecía mayores posibilidades de diferenciarse de la competencia que, ya por aquel entonces, cobraba fuerza en la forma de un Android que hoy domina el mercado con la misma fuerza del Symbian del pasado.
No faltaron voces que acusaron a Elop de ser un caballo de Troya diseñado para asaltar la fortaleza de Nokia y tomar el control mientras los finlandeses dormía. Los casi 24 millones de euros que se embolsó por ambas operaciones, contando los 18 millones que se reservó para sí con la compra última de Nokia por parte de Microsoft, acabaron por cimentar esta leyenda.
El experimento de Nokia con Microsoft no llegó a ninguna parte. Hoy Microsoft es una empresa de servicios que ha dejado de fabricar teléfonos móviles y que se apoya en algunos partners, como HP, y en las aplicaciones que va colocando en la App Store y en Google Play Store. Los Lumia han desaparecido hasta la fecha, y quizá no vuelvan nunca más a ver la luz. ¿Y Nokia? Nokia ha resurgido en manos de HMD y busca hacerse un hueco con Android como sistema.
Cinco años después de las negociaciones entre ambas compañías, Nokia finalmente aceptó Android como sistema operativo aunque la situación de ambas compañías dista mucho de lo que eran en aquel momento. Ni Google es el que fue, ni tampoco lo es Nokia. Ahora es cuando toca preguntar a nuestros lectores, ¿fue una decisión acertada dadas las circunstancias del momento?
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