La incidencia de desastres naturales como huracanes, terremotos, incendios forestales, tornados e inundaciones ha aumentado debido al cambio climático.
Aunque no se pueden prever ni evitar las crisis causadas por fenómenos naturales, la tecnología ha ayudado a disminuir las pérdidas humanas en algunas áreas afectadas por este tipo de desastres.
Durante este año, se han registrado varios terremotos significativos como el de Turquía y Siria al comienzo del año, que causó aproximadamente 59 mil muertes. También, recientemente Marruecos sufrió uno de los terremotos más fuertes de los últimos años, dejando miles de muertos y heridos, así como daños considerables en la infraestructura del país. Hasta ahora, se han contabilizado alrededor de tres mil personas fallecidas debido a que el terremoto fue de baja profundidad, lo que evitó consecuencias aún más devastadoras.
En México, ha habido tres ocasiones en las que ha temblado en la misma fecha, el 19 de septiembre, en los años 1985, 2017 y 2022, lo cual ha sorprendido a los expertos en sismología. Aunque el sismo del 2017 no fue tan intenso como el de 1985, que causó la muerte de miles de personas y daños importantes en la infraestructura urbana, fue notable la respuesta del pueblo. La sociedad se organizó de manera impresionante, superando a la burocracia y a los políticos de la época, y se involucró desde el inicio de las labores de rescate.
El año pasado, durante una reunión de los países centroamericanos miembros de la OCCEF en la sede de la ASF, se llevó a cabo un simulacro. Sin embargo, al regresar de este simulacro, se activó una alerta real de un sismo. Este año, la sede de la Asamblea será en Perú y están indecisos sobre si repetir el simulacro de sismo.
Ha habido un gran progreso en las habilidades y conocimientos del Gobierno y la población desde los terremotos de 1985 y los que han ocurrido después. En la actualidad, contamos con leyes más sólidas para hacer frente a este tipo de desastres, se realizan simulacros en todo el país y tenemos sistemas de alerta que, en situaciones habituales, brindan tiempo suficiente para que las personas se pongan a salvo.
Un ejemplo más de las inundaciones recientes es la tormenta Daniel, que se originó en Grecia. Según informa la BBC, en tan solo 24 horas, cayó la misma cantidad de lluvia que normalmente se acumula en 18 meses. Esta tormenta causó un desastre devastador en Libia, donde dos represas colapsaron. Hasta el momento, se reportan 11 mil personas fallecidas y alrededor de doce mil desaparecidos.
En relación a esto, una de las herramientas para ampliar las medidas de prevención y control son las alertas tempranas. Sin embargo, en el caso de las inundaciones, estas alertas no son muy efectivas. A pesar de esto, la ONU ha impulsado la iniciativa "Alerta Temprana para Todos", con el objetivo de establecer un sistema de alerta para todos los habitantes del planeta antes del 2027, ante desastres naturales como terremotos, huracanes, tornados, tormentas, entre otros. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha considerado esta iniciativa como de máxima prioridad, por lo que será una prioridad en el Plan Estratégico 2024-2027.
Debido al cambio climático, existe una mayor probabilidad de que se produzcan huracanes, terremotos, incendios forestales, tornados e incluso inundaciones. Sin embargo, algunos países son más vulnerables que otros a estos eventos, lo cual está relacionado con su nivel de desarrollo.
En marzo de este año, la Asamblea General de la ONU pidió a la Corte Internacional de Justicia que proporcionara una opinión consultiva sobre las responsabilidades de los países en relación con el cambio climático.
En la Declaración de Oaxaca de 2022, los miembros de la OLACEFS acordaron aumentar y fortalecer las auditorías relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dando prioridad a aquellas que estén relacionadas con el ODS 13, el cual se enfoca en tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus consecuencias.
Aunque todavía hay mucho por discutir sobre este tema, es evidente que es mejor tomar medidas preventivas en lugar de lamentarse después.
