Parecen unas medidas canónicas, 90-61-90, para concursar en Miss Universo. Son las de la modelo española transexual Ángela Ponce y, sin embargo, hay quien cree que no debería concursar, pero ella se define como una fiel defensora de la diversidad.“Mi finalidad es dar a conocer mi realidad y hablar al mundo de la educación sobre la diversidad que es tan escasa, un factor importante y que sin duda terminaría con tanto bullying, prejuicios y violencia”, escribió en Instagram.Hace unos días, la también modelo y Señorita Colombia, Valeria Morales, aseguró que “un reinado de belleza, como es Miss Universo, es para mujeres que nacemos mujeres”, una declaración que causó polémica en el mundo.La colombiana después se retractó de lo que había declarado. “Si Miss Universo la acepta, yo la voy a recibir con todo el amor, el respeto y la tolerancia que merece”, sin dejar de decir al mismo tiempo que ella y Ponce “debemos estar en caminos diferentes”.A sus 27 años, Ponce encaró la polémica con un tono conciliador y tolerante, aprendido seguramente tras haber sufrido el acoso y la incomprensión que tantas personas transexuales padecen en el mundo, tal y como ella ha explicado en diversas entrevistas a los medios en el mundo. Ángela Ponce es una defensora de la diversidad y la tolerancia. Ella nació en un pequeño pueblo de Sevilla, España, un país donde la religión católica es predominante y que, sin embargo, este año envía a una modelo transexual a Miss Universo. Tiene un gobierno con más mujeres que hombres y aprobó hace 14 años el matrimonio entre personas del mismo sexo.Ponce asegura que de pequeña no tenía ningún referente, y que por ello pensaba que “a lo que más me parecía era a una persona gay”.Segunda de tres hermanos, afirma que siempre contó con el apoyo de sus padres y su determinación de hierro siempre la ayudó .“He vivido momentos muy duros pero afortunadamente siempre he tenido una personalidad fuerte. Si se reían porque me ponía una diadema, mañana me ponía una corona, sin importarme lo que dijese la gente”.A los 16 años empezó a tratarse con hormonas y a los 24 se sometió a una vaginoplastia, aunque no considera que el tener vagina sea lo que hace mujer a una mujer.“Hay mujeres con pene y hombres con vagina, porque la única clave para ser mujer es ser y sentirte mujer”, comentó al ‘New York Times’.Al año siguiente se operó el pecho. Pero para ella, estas dos operaciones no son distintas a otras a las que se someten las mujeres por estética.Sobre las dificultades de ser modelo transexual, Ponce ha explicado que, por ejemplo, algunas marcas de ropa la rechazaron por ser transgénero.Ahora colabora con la fundación Daniela para sensibilizar y acabar con el estigma que sufren los niños y adolescentes transexuales y transgénero. leer más
Source: El Gráfico