Tras pasar un tiempo alejada del resto de juguetes de la saga, Bo Peep hizo su reaparición en Toy Story 4.
La pastorcilla le presentó a Woody la idea de que los juguetes no tienen por qué dedicarse enteramente a un niño, sino que pueden hacer muchas cosas, como ayudar a otros juguetes a encontrar su camino.
Era un mensaje que la franquicia necesitaba dar: todos podemos decidir sobre nuestras vidas. Pero Pixar estuvo a punto de tirar ese mensaje por la borda.
Entertainment Weekly ha hecho público un final alternativo para Toy Story 4 que es la antítesis de la moral de la película, y que me ha dejado extrañamente incómodo.
VE ESTO: RESEÑA – TOY STORY 4 “LA MÁS PSICOLÓGICA DE TODAS LAS PELÍCULAS DE TOY STORY- CUIDADO: SPOILERS
A juzgar por el clip que compartimos a continuación, Disney estuvo jugando con la idea de que Bo Peep acabara descubriendo a su nuevo dueño, la niña que ve en la tienda de antigüedades. Esto llevaba a que Bo Peep y Woody se separaran.
Al ver a la niña, Bo Peep abría mucho los ojos y hablaba como si hubiera conocido a Dios (teniendo en cuenta que una de las muchas teorías de los fans de Toy Story es que es una alegoría de la religión, no me sorprende).
“Ella es la indicada”, decía. “Siento una conexión de nuevo, Woody, como que estuviera destinada a ser su juguete”.
Este final alternativo era básicamente el peor de los casos: lo mejor del viaje de Bo Peep es que no tuvo que cambiarlo. Después de que Woody se reuniera con ella, que no había vuelto a aparecer desde Toy Story 2, supimos que era feliz en su vida como un juguete sin niños.
Había encontrado un hogar, una comunidad, una vocación. A Woody le inquietó saber esto ya que iba en contra de lo que él creía que estaba en la naturaleza de cada juguete, pero llegó a comprender, apreciar e incluso unirse a su causa.