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Un jardín vertical seco es el sello del abandono, el sello del desinterés, el sello de la decepción. Ubicado en el parque Alameda 2000, este jardín vertical seco es la marca de la desolación, la marca del olvido, la marca distintiva de un gobierno desierto de iniciativa.
Estamos ante el sello del abandono, la marca del gobierno en la mayor parte de parques.
Sí, es lo de hoy, la marca retro del gobierno que indica retroceso, que invita a retroceder.
Sí, es lo de hoy, pintadas al vapor de la noche a la mañana, las marcas del retroceso del gobierno aparecen pintadas con gioser, dibujadas con plantillas y estampadas con moldes.
La prisa obliga a pintar las marcas del retroceso del gobierno en paredes descarapeladas y en canchas abandonadas; a las marcas del retroceder las acompaña frase irónica que se ríe a carcajadas de lo contradictorio: el gobierno mejora…
Sí, es lo de hoy, la marca del retroceso del gobierno colocada en vistosos acrílicos que son distintivo del desinterés por el quehacer del gobierno, sello de un gobierno ineficaz e ineficiente, divisa de un gobierno que quedó pequeño para el desafío de una enorme ciudad capital.
En el sitio www.integralgarden.com, de cuyo tipo hay muchos, se explica que “los jardines verticales son muros vegetales que pueden ser utilizados en distintas construcciones tanto interiores como exteriores y surgen como un nuevo concepto que reverdece paredes maximizando el uso del bien más escaso en la ciudad: El espacio. Esta técnica integra la vegetación y la arquitectura de una forma natural, entregando colores y formas al entorno urbano, calidad de vida a las personas, beneficios medio ambientales, todo de una manera sustentable, innovadora y eco amigable. Así, fachadas de edificios públicos y privados, departamentos, casa habitación, centros comerciales, casinos, colegios, universidades, hoteles, restaurantes son lugares propicios para la instalación de un Jardín Vertical.
