Las cartas coleccionables de Pokémon y las cartas coleccionables en general se han vuelto cada vez más populares durante el último año. Esa popularidad ha estado causando una variedad de problemas para las ventas en las tiendas, lo que ha llevado a algunos minoristas a tomar medidas para proteger a sus empleados y clientes.
La decisión de Target se anunció a raíz de un incidente particularmente violento en el que un cliente de Target sacó un arma después de ser agredido por otros cuatro hombres que intentaban robar sus tarjetas coleccionables recién compradas. Este incidente, aunque angustioso, no convenció a Walmart de seguir su ejemplo.
Un portavoz de Walmart dejó en claro que la compañía está determinando si los cambios son necesarios para satisfacer la mayor demanda de los clientes, pero no ha suspendido la venta de ninguna marca de tarjetas comerciales, en especial las de Pokemon. Las acciones persistentes de los revendedores y los brotes de violencia y destrucción en persona han tenido consecuencias para el mercado, pero las ventas siguen siendo fuertes.
Siempre que las cartas coleccionables sigan siendo increíblemente rentables, especialmente si un coleccionista logra encontrar ese diamante en bruto, como la rara carta Ishihara GX. Walmart ha informado que las tiendas individuales de Walmart colocan carteles en la sección de tarjetas comerciales que anuncian la suspensión de las ventas.
Es probable que estos letreros sean avisos locales que se aplican a ubicaciones específicas, posiblemente inspirados en incidentes similares a los que afectaron a Target. Las tarjetas comerciales aún se pueden comprar en línea tanto en Target como en Walmart. La decisión de Target de dejar de vender tarjetas coleccionables de MLB, NFL, NBA y Pokémon en las tiendas es ciertamente controvertida, pero la negativa de Walmart a considerar suspender las ventas también es digna de escrutinio.
A medida que más y más minoristas establecen precauciones de seguridad en torno a sus existencias de tarjetas comerciales, se hace evidente que los vendedores deben desarrollar planes sólidos para evitar que la propiedad se dañe y las personas se lastimen.