Tokyo Revengers ya va por el tercer episodio, y tras el cliffhanger en el que nos han dejado en el episodio dos, todos estábamos ansioso por saber cuál sería el futuro de nuestro protagonista, pues a pesar de que la serie revive muchos momentos de su vida, esta va siendo afectada por las decisiones que Takemichi toma para desviar el curso de un futuro en donde su amor de secundaria muere.
La serie nos impresiona con la actitud de los personajes en cada paso que da, pues tenemos expectativas un tanto extrañas sobre los que resultan ser sus protagonistas, esto debido a que conociendo a los que ya han aparecido como delincuentes, nos damos cuenta de la poca cantidad de escrúpulos que tienen consigo, sin embargo la trama da un giro al señalarnos que las cosas no son como parecen.
Así, conocimos a los que serían el objetivo de Takemichi, siendo unos jóvenes que si bien son muy violentos, estos no se meten con aquellos quienes no los provocan, sin embargo, eso no quiere decir que dejarán ir libre a quien sea por su actitud apacible, de esta forma lo demuestran Mikey y Draken, quienes detienen la golpiza que le estaban propinando a Takemichi debido a que se estaba volviendo un espectáculo bastante enfermo.
De la misma manera, el líder del Tokyo Manji resulta no ser otro que un joven de baja estatura llamado Manjiro Sano, también llamado Mickey, quien tiene valores chapados a la antigua, debido a esto es capaz de reconocer las actitudes de Takemichi al hacerle frente a personas más fuertes que él aún sabiendo que saldrá lastimado, recordarle de este modo a su difunto hermano mayor quién solía ser parte de una pandilla de motociclistas que se hacían respetar.
Las cosas se ponen tensas cuando Mikey junto con Draken van por Takemichi hasta su escuela en donde golpean a todos los de 3er año. Esto provocaría la ira de Hinata Tachibana la cual golpearía a Makey por quererse llevar a su novio, de esta forma todos tendrían miedo por ella, pero Manjiro revela que no hay porque temer por eso ya que él nunca golpearía a una chica.
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De esta manera conocemos las (hasta cierto punto) nobles intenciones de Mikey quien quiere regresar a los delincuentes a su antigua gloria, pues llevan años siendo tratados como lo peor de la sociedad debido a sus prácticas deshonrosas. Siendo así, Takemiche reconoce que es una persona distinta a la que esperaba y que duda mucho que él sería el causante de la muerte de su novia en el futuro.
