Habría que comenzar pensando en el tema de la presencia femenina dentro del heavy metal. Esta puede ser ya sea como intérpretes, solistas o dentro de una banda. También sería importante considerar la aceptación de esta música por parte del público femenino. Así es que hay que decir que inicialmente se daba una casi total influencia masculina, eran muy pocas las bandas que contaban con alguna chica en su formación, y aún menos las que después comenzaron a conformarse por mujeres. No había demasiadas que tocaran la guitarra eléctrica. Bonnie Raitt, Sheryll Crow, Joan Jett o Jeniffer Batten1, son conocidas, pero se complica citar a diez guitarristas femeninas famosas y reconocidas por su talento. Ahora bien, de acuerdo con Silvia Martínez (2003), en los primeros años del heavy, el solo hecho de ser mujer sentaba un impedimento para formar parte de una banda de este estilo.
Desde esta perspectiva, debido a que una mujer no podía trasmitir la dureza o el estereotipo machista de la masculinidad, característica sine que non asociada al género. Las féminas dentro de la cultura heavy se asociaban a fenómenos como las grupies, mujeres que seguían a sus grupos estrellas a lo largo de sus giras. Por otra parte, estamos en condiciones de asegurar que las aficionadas se han aumentado exponencialmente a lo largo de los años y aunque en los inicios ellas asistían al fenómeno como espectadoras, inclusive participaban en ocasiones como aficionadas, sin embargo, hoy en día, siendo aún el género minoritario, su presencia en los conciertos es habitual.
Otro aspecto a tomar en cuenta tiene que ver con la utilización de la imagen femenina dentro de las imágenes visuales dedicadas a la comunicación publicitaria de este tipo de música. Imágenes que podemos asociar, con una concepción de la mujer como un premio o un adorno. Las imágenes de la mujer se relacionan con la belleza y con la presentación de sí mismas como seres deseables siguiendo al estereotipo de una mujer preocupada por su belleza y por su cuerpo. Así nos lo han compartido Martín-Casado, Echazarreta y Vinyals. Sin embargo, a pesar de que este tipo de música tiene una gran carga masculina, fue hecha por y para los hombres, siendo éste es uno de los aspectos que se ha modificado con el tiempo, dado que el público femenino se ha acercado a este tipo de música. La imagen de la mujer como objeto sexual no es ajena a este género. Es una de las características que el metal adopta de la cultura popular mayoritaria en la que está inserta. Según Walser, el uso de prendas femeninas se utiliza en algunos estilos del metal para asociar la masculinidad con la belleza. Es una manera de resaltar las bondades de la masculinidad, añadiéndole una más, la belleza.
Sin embargo, habría que cuestionar si hoy en día esta tendencia continúa de esa manera o hasta dónde la participación femenina ha pasada de ser una seguidora sin sentir en piel y corazones propios el heavy y más aún la música extrema y hasta dónde se ha convertido en una diosa que realmente rompe las cadenas con libertad de este estilo musical. Así es que señalemos que en las bandas de Metal Extremo es frecuente la presencia de vocalistas femeninas muy poderosas en el escenario. Por ejemplo, son especialmente conocidas Angela Gossow y Alissa White–Gluz, sucesivas cantantes de Arch Enemy, banda sueca de Melodic Death Metal. Su visibilidad tuvo que ver precisamente con el rompimiento de los estereotipos de la masculinidad fuerte y agresiva en estos subgéneros musicales.
Estos han dejado de ser predominantes en los comienzos del siglo XXI, en donde la diversidad de la sexualidad empezó a hacerse más explícita. A este respecto nos comparten Florian Heesch y Niall Scott en Heavy Metal, Gender an Sexuality. Interdisciplinary approaches. Nos dicen que después de hacer un examen de cómo se pasa de una masculinidad hegemónica a la diversidad, hay que considerar el hecho de estar asistiendo a un proceso de posfeminismo donde a veces las mujeres juegan con la masculinidad porque es una música que se ha codificado como tal. El género, concluyen, ya no es un problema tan destacado como lo ha sido en el siglo XX. Aunado a esto, y ante la avalancha de público femenino que sigue y que practica música metal, es tiempo de enterrar la frase que pocos o muchos cretinos señalaban: el metal es para hombres.
Podemos hacer un efímero recorrido, a manera de ejemplo, de algunas bandas de metal extremo en que las voces las llevan a cabo las mujeres. Sin duda voces impresionantes, brutales e increíbles que cortan la respiración. Así es que Funerus son todo un ejemplo de como una mujer puede cantar un Death Metal lleno de odio y oscuridad. La vocalista es Jill McEntee, la pareja de John McEntee; guitarrista y vocalista de la banda Incantation. Una gran característica a observar es que usa frecuentemente growls abiertos de tonos medios, aunque en muchos momentos puntuales los baja y cierra mucho más. Continuando con este fantástico paseo nos topamos con Cerebral Bore, se trata de otro caso, es el de Simone Pluijmers, vocalista de esta banda, de la banda de Brutal Death Metal. Pocas mujeres se han acercado al extremismo del Brutal Death cantando con tan brutal violencia como lo hace Pluijmers. Nos regala unos extraordinarios y brutales growls de tonalidad baja y pig squeals muy afilados.
Toda una delicia y un agasajo para los oídos amantes del estos géneros extremos. Vale mucho la pena también echarle un ojo a la banda alemana Darkened Nocturn Slaughtercult. Aquí ya estamos pasando a los dominios del Black Metal, una de las voces más profanas del metal negro es la de Yvonne Wilczynska, mejor conocida en la escena como Onielar, la guitarrista y vocalista de esta brutal banda. Ella utiliza los shrieks considerablemente agudos, aspecto que encaja totalmente con la música que practica. El hecho de ser mujer y tener la voz más aguda que los hombres, le ayuda a utilizar registros así de espinosos. No podemos dejar de mencionar una gran banda en muchos sentidos icónica del Black Metal. Se trata de Astarte en donde se confirma que la hermosura es completamente compatible con el odio. Basta mirar y escuchar a Maria Kolokouri, alias Tritessa; vocalista y bajista de la banda, que por cierto está conformada por un trio de mujeres. Ella utiliza registros medios-agudos. Bastante hermosos debo añadir. Otra delicia para los oídos.
Así es que tenemos aquí algunos ejemplos en donde las mujeres realmente gozan de una mayor aceptación dentro de la escena. Esto es porque se trata de aquellas que se aventuraron a romper paradigmas y de esta manera poder vivir el metal. Se trata de la mujer que no está en la escena con un fin sexual explícito, sino que es quien sabe de música, tiene una banda, adopta ciertas prácticas en torno a la música, similares a las de los hombres. Entonces, suele ser una mujer más masculina, y suele estar rodeada de hombres. Sin embargo, es importante aclarar que ellas no asumieron dichas actitudes masculinas para poder ser admitidas dentro de la escena. Más bien parece ser que se trata de chicas que desde pequeñas han tenido ciertas actitudes asociadas típicamente a los hombres. Identificándose con ellos en su personalidad, puesto que les atribuyen características opuestas a las que les asignan, como por ejemplo, la confidencialidad vs el chismorreo, la racionalidad vs el sentimentalismo, la rudeza vs la delicadeza, la humildad vs la vanidad. Es así como estas chicas asumen una feminidad condicionada a partir de la inclusión de algunos comportamientos masculinos.