Laura Castillo García, Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
Ancianos con los ojos y la boca superlativamente abiertos; niños corriendo a toda velocidad delante de sus padres para ver el pájaro de metal que se acercaba y campesinos y amas de casa que se arremolinaban a distancia en torno a un helicóptero que hacía un ruido ensordecedor y aterrizaba en su comunidad, fue lo más importante que sucedió en la comunidad de Caridad Guerrero, Tabasco, luego de dos meses de estar incomunicados debido a que, a causa de las torrenciales lluvias, se cayera el puente que era su única vía de comunicación con otros poblados.
Caridad Guerrero se encuentra ubicado a 21.5 km de la cabecera municipal de Tlacotalpan y a 80 metros de altitud. Esta pequeña comunidad de 460 habitantes, un tercio por ciento indígena, y 150 familias, quedó abandonada por los gobiernos municipal, estatal y federal -todos encabezados por el partido Morena-, luego de la destrucción del mencionado puente.
Sin embargo, no fueron olvidados por el pueblo organizado: la mañana del jueves 3 de diciembre, el Movimiento Antorchista de Tabasco llegó con 230 apoyos alimenticios para repartir entre todas las familias de esta comunidad. Con más recursos y posibilidades, los gobiernos municipal, estatal y federal del propio López Obrador, no llegaron hasta la comunidad de Caridad Guerrero, entonces, ¿cómo hicieron los antorchistas para llegar a auxiliar a los habitantes de esa comunidad incomunicada y abandonada a su suerte? Buscaron alternativas y, haciendo gala de sus habilidades gestoras, consiguieron que la secretaría de Marina pusiera a su disposición el helicóptero que la mañana del 3 de diciembre causó tanta sensación entre los habitantes del poblado de Caridad Guerrero, el cual iba cargado de los paquetes de víveres antes descritos.
En un México aparentemente insensible ante los más de 108 mil fallecidos por Covid-19 y que, a pesar de ello, el gobierno de López Obrador no instrumenta estrategias para frenar la ola de contagiados y muertes que la pandemia está dejando, resultaron sumamente emotivas las imágenes que nos llegaron a través de las redes sociales referentes a esa ayuda en alimentos que fue entregada en el rincón más inhóspito e incomunicado del estado de Tabasco.
Dichos apoyos en alimentos son producto del trabajo de miles de antorchistas que sin escatimar tiempo ni esfuerzo, instalaron, a lo largo y ancho del país, cientos de centros de acopio para apoyar a los tabasqueños en triple desgracia: la de la pobreza, los fenómenos metereológicos y el abandono de los malos gobiernos.
Una vez más, el pueblo organizado demuestra a la humanidad que la solidaridad y la fraternidad son privativas de ese mismo pueblo organizado cuando de ayudar al prójimo en desgracia se trata. A los gobiernos neoliberales como el de López Obrador y Morena, no les importa la suerte que corran los pobres de México; lo que les importa a esos neoliberales defensores de los grandes empresarios -como una y otra vez lo ha demostrado López Obrador-, es proteger sus inversiones en obras faraónicas como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía, las cuales de muy poco servirán a los mexicanos humildes.
Gracias a la solidaridad popular que impulsa en todo el país el Movimiento Antorchista Nacional, este ha podido mandar más de 80 toneladas de alimentos, ropa y medicinas a los tabasqueños que desde hace más de 60 días sufren por las inundaciones, a causa de las cuales año con año pierden los bienes materiales que con mucho trabajo han adquirido y que cíclicamente deben reponer debido a que ni los gobiernos estatales ni los federales tienen intenciones de construir infraestructura adecuada para que ya no sufran inundaciones y desgracias.
Las sonrisas y lágrimas que derramaron los habitantes de Caridad Guerrero por el apoyo que les llevaron los antorchistas, indican que no solo agradecieron los víveres sino, sobre todo, el saber que no están solos y que sí hubo quienes se acordaron de ellos e hicieron todo lo posible para llevarles una pequeña ayuda.
Antorcha seguirá ayudando a los tabasqueños en desgracia en tanto los pobres de México sigan organizándose para recolectar víveres y ropa que da el pueblo humilde para beneficio del pueblo mismo. Por lo pronto, en el Estado de México instalamos más de 150 centros de acopio en los municipios de: Toluca, Chimalhuacán, Ixtapaluca, Texcoco, La Paz, Ecatepec y Chalco.
Luego de llevar un poco de alivio a los tabasqueños inundados y olvidados por la negligencia gubernamental, los antorchistas de Tabasco, apoyados por el antorchismo nacional, buscaremos que se construya la infraestructura necesaria para que nunca más los tabasquelos sean afectados por las inundaciones, pues estamos claros que las ayudas humanitarias no resuelven de raíz los graves problemas de infraestructura para que nunca más se vuelva a inundar Tabasco.
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