El oso más grande de Europa fue asesinado en marzo en una zona natural protegida de Rumania. Tan pronto como se supo del asesinato, las autoridades abrieron una investigación sobre el caso, pues la caza furtiva es ilegal en territorio rumano. Además de que el incidente ocurrió en una reserva para la conservación de especies. El mayor sospechoso del asesinato es un príncipe de Liechtenstein, sobrino del actual monarca de ese país europeo.

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De acuerdo con diferentes medios, se trata del príncipe Emmanuel, quien decidió salir de caza en marzo y por varios días deambulaba por el Condado de Covasna, en Rumania. Al parecer hizo caso omiso de las instrucciones de las autoridades y decidió cazar en una de las zonas protegidas, matando así al oso en cuestión. 

Un miembro de la realeza que decidió saltarse las reglas

El animal era un oso pardo macho de 17 años, famoso en el parque nacional por su gran tamaño en comparación con los otros osos de su especie. De acuerdo con National Geographic, el príncipe Emmanuel pagó 7 mil euros para poder cazar en la zona.

De acuerdo con Octavian Berceneau, del Ministerio de Medio Ambiente de Rumanía, existen irregularidades en el caso. Pues la agencia ambiental local debió haber informado a la guardia ambiental inmediatamente después del tiroteo, pero esto nunca sucedió. Y señaló que hacen falta documentos especiales requeridos para realizar una actividad de caza similar. 

Durante nueve años, Agent Green, una organización no gubernamental, monitoreó la actividad de Arthur, como se llamaba el oso. La agencia destacó que el animal vivía en lo más profundo de la reserva natural, por lo que nunca había tenido contacto con ningún ser humano. 

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Rumania prohibió la caza de animales como trofeos en 2016. No obstante, existe un vació legal para los osos problemáticos, que pueden dañar los campos agrícolas o a otros animales domésticos. En estos casos, el gobierno prefiere reubicar a los animales, pero es posible dispararles como última alternativa. 

El príncipe se ha excusado diciendo que intentaba cazar a una hembra que era una amenaza para la comunidad rumana. El argumento está en discusión, pues entre los cazadores existía un precio de 20 mil euros por la cabeza de Arthur. Y si el príncipe le disparó al oso equivocado, sigue siendo asesinato, de acuerdo con las autoridades.