María Baeza Valeriano abrió la puerta del frente de su casa a la vista de un hotel cerrado y un campamento de trabajadores petrolíferos. Ahí, los niños migrantes jugaban fútbol detrás de una valla de tela metálica a la sombra.
“Me siento tan mal por ellos, porque están solos”, dijo Baeza Valeriano, quien. A los 80 años de edad, ella tiene cinco hijos, 19 nietos y ocho bisnietos. “Es demasiado que los padres abandonen a sus hijos. Yo no abandonaría a mis hijos por ningún motivo”.
De cara a los miles de niños que llegan a la frontera del suroeste de USA sin padres o tutores, el gobierno de Joe Biden se apuró para encontrar lugares que los alberguen. Esta semana, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) tuvo más de 21 mil niños a su cuidado, un récord.
El número de niños migrantes que llegan solos a la frontera superó la capacidad de los refugios del HHS con autorización estatal de albergarlos. Por ello, la agencia recurrió a sitios temporales más costosos pero menos regulados por el gobierno de Biden en Texas y otras partes de USA.
Todo esto con el fin de sacar a los niños de la custodia de la Patrulla Fronteriza. Según lo que dicen los defensores, en los centros de detención de esta institución las condiciones son de superpoblación y están lejos de lo ideal.
El gobierno de Biden ha proporcionado más de 16 mil camas temporales a los refugios de “afluencia” y de “admisión de emergencia” en las cuatro semanas hasta el 14 de abril. Ahora, estas camas están en instalaciones militares, en Fort Bliss y Lackland en San Antonio.
También se abrieron albergues en centros de convenciones de Dallas, San Antonio y San Diego. Además, también hay niños migrantes en un depósito en Houston, en el llamado campamento de trabajadores en la ciudad de Pecos. Aquí, la población es de unas 10 mil 641 personas.
“Nunca sucedió que se agregaran tantos centros y camas para niños que viajan solos en un período de tiempo tan corto”, dijo Mark Greenberg, miembro senior del Instituto de Política Migratoria no partidista y ex administrador de la Administración para Niños y Familias del HHS.
“Pero esto ha sido impulsado por la urgencia de la situación y la gravedad de la superpoblación en la Protección de Aduanas y Fronteras”, dijo.
Un viernes de hace poco, docenas de niños migrantes podían verse lanzando una pelota de fútbol americano con cuidadores, jugando al fútbol o al baloncesto entre los dormitorios móviles estilo hogar, seccionados en habitaciones. Un mural pintado en una pared dentro del complejo decía “bienvenido” en inglés, español, quechua indígena y criollo haitiano.
Si todas las 2 mil camas en Target Lodge se ocupan, un quinto de las personas que viven en la ciudad (aislados de todo y de todos fuera de las vallas del campamento) serán niños migrantes de 13 a 17 años.
El boom de “refugios de emergencia” para niños migrantes
En enero, luego de que Biden tomara posesión del gobierno, la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 5 mil 600 niños que viajaban solos. Esa cantidad creció a más de 9 mil 200 en febrero. Después volvió a aumentar a más de 18 mil 600 niños en marzo.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos está encargado de dar refugio a menores que viajan solos. Luego, deben conectarlos con un patrocinador en los Estados Unidos (más a menudo, un padre). Las 13 mil 500 camas en esta red de refugios permanentes y con autorización estatal están básicamente agotadas.
Los defensores de niños migrantes dicen que valoran los esfuerzos del gobierno de Biden por hacer que los niños sean transferidos rápidamente fuera de la custodia de la Patrulla Fronteriza. Sin embargo, han manifestado sus inquietudes respecto a las condiciones en estos lugares.
A diferencia de los refugios con autorización estatal, no hay ninguna norma legal para los refugios temporales. Por ello, el gobierno de Biden los llama lugares de “admisión de emergencia”, incluyendo el que está en Pecos.
Al igual que las instalaciones de afluencia, los lugares de admisión de emergencia no cuentan con autorización de las agencias estatales de bienestar infantil. Así lo dice Neha Desai, Directora de Inmigración del Centro Nacional para la Ley de la Juventud:
“Todavía estamos esperando a que el gobierno clarifique las normas requeridas para los Lugares de admisión de emergencia (EIS, por sus siglas en inglés)”, dijo.
“Dado que miles de niños migrantes son colocados actualmente dentro de estos EIS durante períodos de semanas, resulta crucial que haya normas transparentes a fin de garantizar el bienestar infantil”.
En una respuesta a estas preguntas, HHS dijo que los lugares de “admisión de emergencia” colaboran con la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). También señaló que el gobierno de Biden los está usando como “una medida temporal”.
Los lugares de admisión de emergencia brindan los estándares de cuidado requeridos para los niños migrantes, dice el HHS. Algunos de estos cuidados son “la proporción de áreas de descanso limpias y cómodas, comidas, artículos de aseo personal, lavado de ropa, actividades recreativas y acceso a servicios médicos”, según la declaración.
La semana pasada, ABC News informó que el HHS canceló un contrato de 4 millones de dólares para un lugar de “admisión de emergencia” con una agencia de servicios para catástrofes con sede en Houston. Esto, tras los alegatos de que se requería a las niñas que viajaban solas que permanecieran en sus catres día y noche.
Incluso, se dice que a algunas se les pedía que hicieran sus necesidades en bolsas de plástico. Y es que, según el informe, no había personal que las acompañara al baño. El refugio, de 500 catres dentro de un acopio, se cerró después de 17 días.
El HHS dijo, en una declaración, que las 450 niñas albergadas allí “serían unificadas de inmediato con patrocinadores o transferidas a un centro adecuado de la Oficina de Reubicación de Refugiados”.
Casi todo “se vació”
A tres horas en auto al este de El Paso se encuentra Pecos, en la intersección de la Interestatal 20 y la autopista 285, un cruce de caminos en la esquina suroeste de la Cuenca Pérmica. Las llamas de gas natural color naranja brillante flamean como banderas en las carreteras fuera de la ciudad.
Son más de 150 millas desde la frontera con México. El terreno: una parada para camiones en una extensión plana del desierto de Chihuahua al oeste del Río Pecos.
El mercado del petróleo ha estado saliendo lentamente de un colapso. La pandemia golpeó fuerte la industria energética por el desplome de la economía de USA. Además, la demanda de todo, desde gasolina hasta combustible pesado, desapareció.
La ciudad está situada de manera única para albergar a recién llegados que están en un apuro. Tiene hoteles, extensos parques de casas rodantes y viviendas modulares a las que se conoce localmente como “campamentos de trabajadores”.
“Tenemos 17 hoteles en la ciudad y, en nuestro punto más alto, tenían una capacidad del 99%”, dijo el Administrador Municipal Seth Sorensen. “Hemos atestiguado una caída bastante fuerte en eso, y está relacionada casi en su totalidad con el campo petrolero (que ha caído), la Covid y la incapacidad de viajar de las personas”.
El campamento de trabajadores petroleros de Pecos estaba casi vacío cuando el HHS vino a golpear la puerta.
El HHS paga alrededor de 775 mil por noche por cada uno de los niños migrantes en los lugares de “admisión de emergencia”. En refugios permanentes, el gasto es de alrededor de 260 mil por noche, según el representante Henry Cuellar.
Baeza Valeriano vio la transformación económica de la ciudad desde el porche delantero de su casa. Una vez, su hogar de ladrillos grises estuvo rodeado de campos de melones y algodón. Esto, antes de que una plaga arruinara los cultivos y el petróleo comenzara a reinar.
Oriunda de México, Baeza recordó cuando trabajaba en la cosecha de melones con sus hijos a su lado. Ellos crecieron y empezaron a trabajar en la industria del petróleo. Uno se convirtió en agente de la Patrulla Fronteriza.
“En años anteriores, había mucho trabajo por todas partes donde uno mirara”, dijo Baeza Valeriano. “Después, todo se vació, incluso ese alojamiento. Ahora, dicen que el gobierno lo está pagando”.
Dos botes de basura bloquearon la entrada cerrada al Cobblestone Hotel & Suites frente a su hogar. En la puerta de al lado del campamento de trabajadores (ahora refugio), cuatro guardias de seguridad vigilaban la entrada. Mientras, los paisajistas llenaban macetas con tierra y plantas en flor.
Refugio para niños migrantes operado de manera privada
Target Hospitality Inc. posee y opera el alojamiento. La compañía se autoproclama como proveedora de “alojamiento de llave en mano”. Principalmente atiende a personas de la industria de gas y petróleo, pero también a clientes gubernamentales. En este sitio web, la compañía publicita sus servicios:
“Ya sea que usted necesite cinco habitaciones o 5 mil alojamientos de llave en mano y soluciones de hospitalidad de Target Hospitality, se trata de una gran manera de mantener su entorno de trabajo seguro y cómodo sin el costo y el programa que implica construir un centro personalizado”.
La compañía opera 24 complejos de vivienda en la Cuenca Pérmica del Oeste de Texas y la Cuenca Bakken de Dakota del Norte. En ellos atiende a los trabajadores de gas y petróleo que se meten en campos en exploración o producción. Sus acciones se venden en alrededor de 3 mil dólares en Nasdaq.
Target Hospitality también es contratista del gobierno. Este segmento empresarial genera el 28% de sus ingresos anuales, o alrededor de $63 millones de dólares, según su informe anual de 2020 para los inversores.
La empresa también opera establecimientos de vivienda de reingreso para delincuentes. También construyó, posee y opera el Centro Familiar Residencial en Dilley, Texas.
El centro de 2 mil 400 camas es uno de los establecimientos donde las autoridades de aduana e inmigración de USA han detenido a familias migrantes desde antes del gobierno de Biden.
Mediante el personal de la empresa penitenciaria CoreCivic, Target Hospitality administra los servicios culinarios y de limpieza del centro de detención. Tiene contrato hasta 2026.
En el alojamiento de Pecos, Endeavors, empresa con sede en San Antonio, provee personal. Esto incluye cuidadores y trabajadores del caso.
Los legisladores opinan sobre las condiciones de los establecimientos
La semana pasada, el legislador Tony Gonzáles (de San Antonio) recorrió el alojamiento de Pecos.
“En ese momento, había 613 niños migrantes”, dijo. “Esperaban 125 niños más cada dos días”. Agregó que el establecimiento se estaba construyendo con el fin de alojar a 2 mil niños. “Tenían mucho personal en el lugar; más de 600 miembros de personal. Por lo tanto, había mucha supervisión”.
En El Paso, la representante Verónica Escobar visitó el refugio de admisión de emergencia en Fort Bliss. Ahí describió las condiciones, aunque lejos de ser ideales, como una mejora en las condiciones en custodia de la Patrulla Fronteriza.
“Las instalaciones de afluencia son una buena respuesta temporal urgente”, dijo Escobar. “Claramente no son la mejor ubicación para niños por más de un par de semanas, en verdad, que es lo que me dijeron que era la meta”.
“La mejora principal, para mí, es que ya no están en custodia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés)”, dijo. “Están rodeados de personas que son profesionales en el bienestar infantil. El foco es mantener a los niños en las mejores condiciones posibles, dadas las circunstancias, mientras encuentran al patrocinador”.
Una comunidad dividida
Los líderes de Pecos en el Condado de Reeves respondieron con silencio cuando les preguntaron sobre el rol de emergencia que cumple su comunidad al albergar a niños migrantes.
El alcalde de Pecos, David Flores, no respondió a las solicitudes repetidas de una entrevista. El Juez del Condado de Reeves, Leo Hung. Ken Winkles, director ejecutivo de la Corporación de Desarrollo Económico de Pecos se negó a comentar sobre el refugio.
El administrador municipal, Sorensen, también se negó a responder preguntas sobre el hecho de que Target Lodge albergaba menores que viajaban solos.
La conversión de Target Lodge a un refugio para menores que viajan solos fue noticia de portada para el periódico Pecos Enterprise a principios de abril. La historia citaba a un alguacil adjunto que testificó en una reunión del Tribunal de Comisionados del Condado sobre preocupaciones de seguridad.
“Pondremos una patrulla dedicada para que esté presente en el área. Los pequeños no estarán libres y, si escapan, responderemos y coordinaremos esfuerzos con la policía federal”, dijo el jefe adjunto del Condado de Reeves, Ernest Lazcano.
“Nuestro volumen de convocatoria aún es muy grande, incluso con el yacimiento petrolífero sin funcionar. Tendrá que haber algún tiempo adicional, porque al principio trataremos esto como el peor escenario del caso”.
Los niños están siendo enviados en autobús a la ciudad, directamente al complejo de refugio. Estos menores permanecerán ahí hasta reunirse con un patrocinador. Pero esto tardar semanas en coordinarse.
Pecos está lejos de la frontera. Si bien muchas personas de la comunidad mayoritariamente hispana pueden rastrear sus raíces a México, los residentes no están acostumbrados a albergar nuevos inmigrantes como los que han llegado durante el gobierno de Biden
Michael Baldwin, un inspector de soldadura que trabaja en Pecos y publica videos de Tik Tok, ha llegado a publicar videos de los autobuses.
En una publicación del 27 de marzo en Facebook, puso voz a preocupaciones que decían:
“Les dieron a todos los inquilinos de petróleo y gas en los campamentos de trabajadores un aviso de 2 días para desalojar”. Luego dijo blasfemias en un video en el que grabó su llegada.
La publicación, que incluía fotos de autobuses, se compartió más de 45 mil veces.
En el restaurante Alfredo’s, de la calle Cedar , una avenida principal de la ciudad, la camarera Eva Arredondo camina por el salón con una jarra llena de salsa. Llevaba platos de enchiladas y carne a la tampiqueña a hombres con pantalones de mezclilla y botas de trabajo pesado.
“Nos sentimos mal por los niños” dijo. “Si sus padres los dejan ahí fuera… ¿Cómo podríamos dejar que alguien muera de hambre? Si ves a alguien que es débil, ¿no está acaso en ti darle algo para comer?”.
“Es algo duro”, dijo. “Puedes verlo de un modo o puedes verlo de otro modo. Hay muchos pros y contras. A muchas personas no les gusta, pero no hay nada que podamos hacer al respecto”.
El cargo Gobierno de Biden convierte campamento de pozo petrolero en albergue para niños migrantes apareció primero en Conexión Migrante.