Dos años antes de ser asesinado Mahatma Gandhi dio una entrevista a H. N. Brailsford para la publicación Harijan, el 14 de abril de 1946, en el texto que leo se dice que Mahatma (Mohandas Karamchand) Gandhi (1869-1948), líder político y espiritual indio, nació en Gujarat, al oeste de India. Ejerció como abogado en Londres antes de viajar a Suráfrica, donde se inició en la política activa, como abanderado de la causa de los derechos civiles de los indios allí establecidos. Su método de protesta favorito era la desobediencia civil no violenta. En entrevista corta, expresa sus opiniones sobre la lucha de Independencia. La que él aprendió en Inglaterra como sentimiento de justicia: ¿Por qué los ingleses eran tan libres de serlo y los indios de su país no lo eran así? Un solo tema nos hace ver cómo piensa Mahatma al respecto: A continuación pasó a hablar del impuesto sobre la sal. / —Su abolición sería un gesto muy apreciado por los campesinos más pobres. Para ellos podría representar más que la misma independencia. En este clima, la sal es una necesidad vital, como lo son el aire o el agua. El campesino la necesita para él, para su ganado y para su tierra. El monopolio desaparecerá en el instante mismo que consigamos la independencia. Así pues, ¿Por qué no abolirla ya? Con actos así, el Gobierno podía haber creado entre las masas la sensación de que comenzaba una nueva era. Ir a través de las entrevistas de estos personajes es aprender la lección de lo compleja que es la vida de los pueblos y la del individuo en sí.
Las palabras de Mahatma son elocuentes: —Andrews me hizo entender el significado del título de rey-emperador. El rey británico es también rey en sus dominios, pero es emperador de la India. Sólo la India constituye el Imperio, Los dominios británicos están poblados por los primos de usted, pero nosotros los indios, que tenemos una tradición y una cultura diferentes, nunca formaremos parte de la familia británica. Sólo podremos pertenecer a una familia de naciones a nivel mundial. Pero antes tendremos que dejar de ser una nación desvalida. Así que me propongo conquistar la independencia. Puede usted plantearme las objeciones de que al hacerlo renuncio a la protección del ejército y la marina británicos. Si fuera realmente una nación no violenta, la India no lo necesitaría. Sí, el amor a la libertad, se muestra capaz de vivir con arreglo a ese credo, no habrá poder en la tierra capaz de hacerle daño. Ésa sería la mayor y más gloriosa hazaña de la India y su gran contribución al progreso mundial. Todo independentista o revolucionario tiene la imagen utópica de que lograr su mayor objetivo ha de llevarle a un estado de democracia, libertad o independencia de los otros o el otro que le esclaviza o domina, y sucede en la historia de la humanidad que los pasos que siguen a la independencia, tal y como sucede con México, al liberarse de los españoles, que los residuos del mal se mantienen vivos y furiosos, para no dejar que el país alcance sus fines e ilusiones de mejores situaciones de vida.
Los grandes libertadores son, a final de cuentas, grandes imaginistas de algo que debe ser superior a la esclavitud en la que viven. De eso se aprovechan los imperios para negar toda posibilidad para abandonar el statu quo, y así poder tener él la paz de los sepulcros o de la existencia de objetos que dominados no son capaces ni de reconocer de quién es el origen de la propiedad. Prosigue diciendo Mahatma: Si los ingleses fuesen capaces de comprender esto, plantearían su ofrecimiento de la independencia en términos diferentes. Hoy por hoy siguen insistiendo en que el status de Dominio es el mejor regalo que pueden ofrecernos, pero que si los indios optásemos por la independencia nos la concederían. No, esa actitud es equivocada. Me gustaría oír decir a los ingleses: “Por el bien del mundo, por el vuestro y por el nuestro propio, disfrutaréis hoy mismo de la independencia del mismo modo que nosotros disfrutamos de la nuestra…”
Las lecciones del líder indio sorprenden por su profunda sabiduría. Por eso Mahatma es recordado con fervor y respeto, a diferencia de los dictadores que a todo le tenían miedo, terror de que a toda hora y lugar aparecieran sus enemigos, sus odiados adversarios que debían de morir, no ser exiliados, sino borrados del mapa mandándolos a una fosa común u olvidada o tirados al mar o en fosas clandestinas.
Define en la figura del Brahmán y de los Bóers la bifurcación del mal. Dice: —Los ingleses deberían aprender de los brahmanes y no de los banianos. Deberían de explicar que el baniano es el comerciante, o como diría Napoleón, el tendero. El brahmán es un hombre lo suficientemente inteligente como para poner lo espiritual por encima de los valores materiales de la vida. / Un novelista de Gujarat escribió que los ingleses son soldados y brahmanes, pero no banianos. Se trata de un veredicto generoso, pero equivocado. Los ingleses aún tienen que evolucionar hacia del espíritu de los brahmanes. Hasta los soldados británicos son calculadores y regatean como los banianos. No logran alcanzar el tipo más elevado de valor. Aún acaricio la idea de que los británicos acaben respondiendo al espíritu indio de la no violencia. Como creador de este movimiento, sé lo que ha significado para el mundo. Ese espíritu es lo más importante en la vida. Siento que es mi responsabilidad ayudar a mis hermanos a no degradarse a sí mismos por medio de las negociaciones. Si usted y yo pudiésemos ascender a ese estado moral, ningún riesgo podría alarmarnos. Es probable que muchos miembros del Congreso no compartan mi opinión y estén dispuestos a discutir una alianza hoy mismo. Sin embargo, la independencia debería ser gratis como el aire. No regateemos con ella. Los grandes hombres o mujeres son sabios, sencillos, humildes en el decir y el hacer. Por eso en el siglo XX, la figura de Mahatma Gandhi está presente con toda la potencia que le dan sus principios. Se puede decir que en él, se dan el contexto de la política con la presencia de un comportamiento ético y moral. Cosa muy difícil de encontrar, pero tales ejemplos existen y por ello es que se convierte en líder mundial e inolvidable personaje de la historia humana. Y esto se aprende sólo de leer entrevistas que en algún momento desde mitad del siglo XIX aparecieron en los medios impresos que hoy son menospreciados ante la veloz y triste cultura del toma y deshecha por los medios digitales en que nos movemos día a día en el año 2020.
Un libro invaluable es éste: Las grandes entrevistas de la historia, en edición de Christopher Silvester, publicado por Editorial Aguilar en el año 2013, pues es una inacabable lección de vida de personajes que son parte relevante de nuestra historia en esto siglos que llamamos de la época moderna o contemporánea. Bien dice Jorge Luis Borges que el concepto de moderno es tramposo, pues todos, desde el hombre prehistórico se le debe aplicar lo de moderno, pues significa estar presente. Parece una digresión, pero es claro que debemos comprender que en estos tres siglos se han creado o presentado los mayores logros de la humanidad, y sus peores consecuencias o enfermedades que nos hacen eso precisamente: sociedades enfermas y modernas.
Las palabras del entrevistador H. N. Brailsford son elocuentes ante este hombre que es ejemplo de pureza: Me marché con la sensación de que había estado conversando con un hombre valiente que tenía el valor de creer que la sociedad debe basarse sólo en los principios morales. En medio de nuestras preocupaciones acerca de las amenazas militares, él permanece sereno y reitera con fe inquebrantable su certeza de que sólo será posible alcanzar la seguridad cuando los hombres aprendan a tratarse entre sí como hermanos iguales. Cualquier otro medio será en vano. Su recuerdo es imborrable, su ejemplo está aquí para el bien.