Nuestros dulces típicos orgullosamente mexicanos son unas de las expresiones del arte popular más ricas que podamos degustar. El arte de la dulcería es una antigua tradición con raíces prehispánicas a las cuales se les suman las coloniales. Fue particularmente en los conventos donde se crearon para halagar los paladares mundanos. Preparaban algunos dulces que consideramos típicos mezclando frutas con miel, semillas y algunas especies.
El chocolate era un dulce muy noble, tan importante era que los aztecas lo utilizaban como moneda. Y es que hay dulces que por mucho que quieran no se les puede suplir, tal como los peteretes, orejas de mico, bienmesabes, mostachones, picones, gigotes, puchitas, glorias, duquesas, panochitas, capiroletas, aleluyas del Señor, pestiños, papelinas, bocas de dama, Mazapanes de almendra, de acitrón y pera y naranjas y calabaza cubierta y otras cosas cubiertas y doradas.
Es impresionante la tremenda diversidad de formas, colores, ingredientes, sabores y graciosos nombres que existen en México. Desgraciadamente y con gran tristeza hemos observado como poco a poco esta tradición del dulce típico mexicano ha venido en decadencia la industrialización y la importación de dulces ha venido a reemplazar el gusto del dulce típico en nuestros niños y en la mayoría de la población dejándolos en el olvido y poniendo en riesgo su producción y su existencia. ¿Cómo podemos recuperar esta tradición de los dulces mexicanos así como las técnicas ancestrales para la elaboración de los mismos?
Debemos empezar por cultivar y reeducar a la población empezando por los niños que son los primeros en buscar un dulce. Crearles desde la niñez un sentido de pertenencia con respecto a los dulces típicos mexicanos. Debemos incluir en las escuelas, dentro de las cooperativas la venta y también proporcionarlos en festivales y fiestas escolares a este tipo de dulces, introduciéndolos de una manera natural para su consumo.
Entre otros puntos que se puedan desarrollar con respecto a un taller para que el alumno tenga un interés propio sobre los dulces mexicanos, así llevaran consigo un aprendizaje de por vida que transmitirán a sus hijos y puedan prevalecer en la tradición y la cultura mexicana. Los dulces mexicanos también deben introducirse más en los eventos deportivos, en espectáculos públicos y eventos sociales tal como se hacía en el pasado. Poniendo tienditas más disponibles para el público que acude al evento.
En Tijuana viven personas de todos lados de México hay visitantes de todas partes de México y de Estados Unidos por ser frontera, por lo mismo debería de haber un museo del dulce mexicano para que aquellos que no pueden recorrer todo México y así deleitarse los paladares con estos dulces y llevarse consigo una dulce experiencia. También se pueden hacer expos del dulce mexicano en donde pueda degustar comprar y aprender del dulce mexicano, incluso pueden hacer concursos entre las dulcerías de la región presentando innovaciones del dulce típico mexicano.