Los Congresos Eucarísticos de todo el mundo tienen como santo patrono a San Pascual Bailón Yubero. Sin embargo, este santo también es patrono de las cocineras y cocineros, quien lo invocan para que no haya accidentes cuando preparan los alimentos y para tener un buen fogón.
San Pascual nació el 17 de mayo de 1540 en Torre Hermosa, Aragón, España, donde vivió hasta los siete años. Ahí, sus padres, Martín Bailón e Isabel Yubera, se dedicaban a las faenas del campo.
Después de una infancia tranquila, San Pascual se mudó a Alconchel de Ariza. Un vecino del pueblo, llamado Martín García, lo educó y lo cuidó mientras vivió con él hasta que cumplió los 20 años. En todo ese tiempo, San Pascual se dedicó al pastoreo de ovejas.
También aprovechó su tiempo para aprender a leer solo motivado por el deseo de leer la Biblia. Luego emigró a Valencia donde trabajó con don Aparicio Martínez, en Alicante.
Ahí fue donde el destino de San Pascual cambió. Y es que, estando en Valencia, San Pascual pudo vivir el Milagro de la aparición. Esto quiere decir que vio a Jesucristo en la Eucaristía.
Motivado por este hecho, San Pascual ingresó al convento de Nuestra Señora en Orito con los franciscanos como hermano lego. Tras esto, vivió con gran sencillez y austeridad en su entrega a Dios.
Posteriormente, San Pascual recibió los hábitos en 1564 en el convento de San José en Murcia. Permaneció en dicho convento hasta 1583 y profesó el 2 de febrero de 1565.
San Pascual Bailón también estuvo en varios conventos donde ejerció como cocinero, jardinero, portero y limosnero, entre otros oficios. Sin embargo, también tuvo mayores responsabilidades. En 1570, por ejemplo, uno de sus superiores lo envió a Paris para que entregara unas cartas al Ministro General.
¿Por qué San Pascual Bailón es santo de los cocineros?
Se dice que, en su trabajo como cocinero, San Pascual preparaba comida y la repartía a los pobres. De ahí que los católicos lo relacionen con la cocina y consideren que encomendarse a él puede traer seguridad en la cocina y un mejor sazón.
Por otro lado, a este santo español se le atribuyen varios milagros. Algunos los realizó mientras estaba vivo. También se le conoce por sus continuos momentos de éxtasis.
San Pascual Bailón también fue autor de dos devocionarios que se publicaron hasta el año 2000. Su título es Opúsculos de San Pascual Bailón. En vida, el santo usaba sus devocionarios para organizar su vid conforme a la fe.
San Pascual Bailón falleció el 17 de mayo de 1592, en Villareal, Valencia. Dos años después de su muerte se abrió su Proceso de beatificación, que Paulo V concretó el 19 de octubre de 1618. Finalmente, el Papa Alejandro VIII lo canonizó el 16 de octubre de 1690.
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