Entrena tu mente hasta que entienda y sepa que solo sufres si te lo permites, pero como sabes tu valor y tienes claro todo lo hermoso que te mereces, no te quedarás cruzada de brazos cuando te des cuenta que en un sitio ya no eres requerida, aprende a levantarte de la mesa cuando ya no se sirve amor, cuando ya ahí se dio todo lo que se tenía que dar y esperarse sería una pérdida de tiempo.
De nada sirve quedarte en un lugar en donde ya te dejaron más que claro con sus acciones que no moverán ese cielo, mar y Tierra por ti, que ya tu presencia es una más alrededor y que no se siente halagado de tenerte a su lado, el amor es así, resulta tan fugaz en ocasiones, pero a ti te toca aprender a levantarte de la mesa cuando ya no se sirve amor, las migajas no se deben comer.
Cuando en la mesa ya no se sirve amor, debes de levantarte, dar las gracias por los momentos compartidos, por esas aventuras, por esas anécdotas, por cada risa, por cada palabra que te llegó al alma, pero después es necesario salir de ahí y no forzar nada, porque lo que sucederá es estirar ese hilo hasta que se rompa, destrozando en mil pedazos todo lo bueno que quedaba.
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Cuando alguien realmente te ama, lo sientes, lo percibes, te lo demuestra con cada palabra, con cada gesto, con cada acción, pero cuando ya no te quiere, se nota aún más, te la da saber a cada instante y con cada centímetro que los separa, cuando eso pase, es mejor retirarte con la cabeza en alto y las rodillas limpias por no haberle rogado porque te regalara su amor.
El amor tiene su lado complicado, pues las relaciones comienzan con atracción, con amor y con esas ganas infinitas de llevarte a las estrellas, pero con el paso del tiempo o se fortalece o se esfuma por completo, es como esa plantita que hay que regar todos los días con dedicación para que no se marchite, pero también si riegas de más, la puedes ahogar, ¡qué difícil pareciera encontrar el punto de equilibrio!
Si las cosas no funcionan con tu pareja, no hay que forzar nada, aunque quieras con todo el corazón que las cosas fueran diferentes, hay que aprender a soltar cuando el otro no hace un solo intento por estar bien, una cosa es pasar por altibajos en donde los dos se mantienen unidos buscando la salida, pero todo cambia cuando solo es uno quien se esfuerza por rescatar el sentimiento.
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Si ya no te demuestra amor, te trata con indiferencia, te evade, ya no están esas palabras bonitas que te hicieron soñar alguna vez, ya no hay un “nosotros”, entonces son claras señales de que ahí todo terminó y no hay más que hacer, tú te podrás ir tranquila sabiendo que entregaste todo, que hiciste hasta lo imposible porque funcionara, pero seguro que algo mejor vendrá a tu vida.
Si el amor se ha escapado por la ventana, te darás cuenta que su forma de mirarte a los ojos ya no es la misma, que nada entre ustedes ya va bien, por lo que no debes quedarte a rogar por un cariño a medias que no va a funcionar, solo entrarás en un episodio de martirio en el que hay que aprender a convivir con el enemigo, a sonreírle y a intentar enamorarlo.
Levántate de la mesa cuando ya no se sirva amor y solo se estén dando reclamos y culpas, no te quedes esperando a que el postre sea más dulce y que el día de mañana él cambie con tu cariño, tus caricias y tu buen trato, recuerda que a nadie se le puede obligar a sentir lo mismo que tú, solo agradece los buenos recuerdos, empaca tus sentimientos y retírate.
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