La UNAM afirma que los perritos cuentan con un sistema límbico que maneja sus emociones
¿Te has preguntado si tu perro puede sonreír? El académico Alberto Tejeda Perea, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, responde a esta cuestión con un rotundo ¡Sí!
La llamada ‘sonrisa de perro’ es un fenómeno que es posible gracias a su musculatura facial y una serie de adaptaciones derivadas de la convivencia humana que suma, alrededor de 100 mil años de antigüedad.
Ningún otro animal es capaz de hacer esta expresión facial porque solo los canes desarrollaron, a nivel anatómico, un músculo para hacer este cambio facial.
Fue gracias a una serie de estudios basados en etología cognitiva, que es la disciplina encargada de investigar las emociones de los animales.
https://mexicoahora.com/noticias/no-sabes-cuantos-anos-tiene-tu-perro-te-decimos-como-calcular-su-edad-1rv/
Parte de los resultados indicaron que no sólo son capaces de identificar la felicidad, sino también el miedo y la agresividad.
Este tipo de pruebas cerebrales continúa para saber si son capaces de identificar emociones como la vergüenza, empatía, pena y otras más complejas.
Darles una vida digna es crucial, así como erradicar el abandono, pues México ocupa el primer lugar en esta situación.
Sin embargo, no son la única clase de pruebas utilizadas para responder esta pregunta.
La teoría de las neuronas espejo, mantiene la idea de que leer el lenguaje verbal y no verbal de los seres humanos es una habilidad desarrollada por los animales, no solo los perros.
“Si en algo son buenos los perros es en leernos todo lo que es el lenguaje verbal y no verbal, es decir, la parte emocional”. Señala Tejeda en entrevista para Gaceta UNAM.
La sonrisa como expresión facial fue aprendida por los perritos gracias a la imitación del comportamiento de sus dueños y la familia con la que conviven, incluso, si esta es muy feliz es probable que la sonrisa del can sea más exagerada.
Entre las conclusiones que señala el especialista de la UNAM, menciona que sin la convivencia y adaptaciones sufridas a lo largo de miles de años de vivir con humanos este cambio no habría sido posible. Pues, así como cambió su tamaño, también su cerebro y anatomía se modificaron.