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¿Qué tan saludables son los endulzantes artificiales?

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¿Qué tan saludables son los endulzantes artificiales?
¿Los endulzantes artificiales son en verdad una opción saludable? | Foto: Dallas Moprning Viwe.

Hasta hace no más de 30 años, los endulzantes artificiales o también conocidos como edulcorantes se usaban solamente para los pacientes con diabetes o para las personas a las que su médico les recomendaba la restricción de azúcares. El culto por mantener el “cuerpo perfecto y deseado” hizo que los medios explotaran estas sustancias para su uso como sustitutos del azúcar convencional con la finalidad de mantener e incluso para promover la pérdida de peso.

En los años 80s solamente los había de tres tipos: sacarina, ciclamato y aspartame llamados los endulzantes de primera generación. Después llegó la sucralosa y el acesulfame-K seguidos de otros como el alitame, el stevia (natural), la neohesperidina DC, el neotame y la taumatina (natural). Actualmente ya existe toda una gama que incluye más endulzantes artificiales y otros nuevos de origen natural como el xilitol, el eritritol, sorbitol y manitol.

Los endulzantes artificiales pueden variar en cuanto a su estructura química, su capacidad endulzante, su naturaleza, su sabor e incluso en cuanto al aporte de calorías. Ahí te va esta lista para que conozcas su poder endulzante comparado con el azúcar tradicional y los puedas identificar por su nombre comercial:

  • Acesulfame-K 200x: Sunett o Sweet One.
  • Aspartame 180x: Nutrasweet o Equal.
  • Neotame: 7000x: No aplica el nombre comercial.
  • Sacarina 300x: Sweet’N Low, Sweet Twin, Sugar Twin.
  • Sucralosa 600x: Splenda.

***Todos ellos aprobados por la FDA.

En cuanto al tema de si son saludables, Martha Yanina Pepino, de la Universidad de Illinois en un artículo que publicó para The New York Times, señala: “tenemos que quitarnos de la cabeza la idea de que por tener cero calorías tienen cero efectos metabólicos”. Y esto es verdad porque su uso prolongado no puede pasar desapercibido en nuestro organismo y si bien, pueden ser una herramienta para la restricción de calorías, no quiere decir que no tengan otros efectos o que también puedan promover el aumento de peso.

Existe un primer riesgo y es en cuanto al sabor dulce de estos sustitutos. Como pudiste observar en la tabla anterior, la mayoría endulza mucho más que el azúcar normal lo cual puede ser truculento para tu boca ya que su dulzor es tan grande que cuando consumas algún producto con un dulzor más natural, tipo la fruta, podrías no quedar satisfecho y por lo tanto, podrías ingerir más alimento procesado que los contienen pero que son mucho menos nutritivos.

El otro riesgo que tienen al consumirlos fue demostrado por el San Antonio Heart Study que tiene que ver con el aporte calórico. Sí algunos poseen cero calorías pero esto puede hacer que estés picando más alimento y con ello, ganen más peso.

Por ejemplo, en el estudio las personas que bebían más de 21 bebidas de dieta por semana tenían el doble de probabilidad de presentar sobrepeso u obesidad comparado con las personas que no las incluían. Otra evidencia más, es el Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis publicado en la revista Diabetes Care mostró que el consumo de bebidas de dieta se asoció a un mayor riesgo de padecer síndrome metabólico y diabetes tipo 2 (36 por ciento y 67 por ciento respectivamente). En pocas palabras, que así como que se garanticen que bajarán de peso o por lo menos se mantendrán en él, tampoco es algo fidedigno.

Ahora, un último riesgo que corren con los endulzantes artificiales o con los productos que los contengan es que pueden ser adictivos. Hay estudios en animales, por ejemplo en roedores en los que esto ya fue probado.

Entonces sería mejor el azúcar natural, sí y no. Sí, porque el azúcar de mesa como tal no es nociva, lo dañino está en la cantidad en que la consuman. Y por el otro lado está el no, ya que los alimentos tienen su sabor y dulzor específico con lo cual no tendrías que añadir ningún azúcar extra o para saborizarlos.

GQ.