Por Daniel Zovatto
A tan solo cuatro días del viernes 10 de enero, fecha en la que se llevará a cabo la juramentación presidencial en Venezuela, la tensión política se intensifica de manera acelerada.
La situación es incierta y llena de interrogantes.
Desde la oposición, liderada por María Corina Machado (MCM), han convocado una manifestación ciudadana masiva en Venezuela y a nivel global para este jueves 9 de enero, en apoyo a Edmundo González Urrutia (EGU) y en repudio a Nicolás Maduro (NM). El objetivo es claro: mostrar su condena al mega fraude del pasado 28 de julio y su rechazo al régimen de Maduro, que a pesar de su carácter autoritario, sigue teniendo control sobre todas las instituciones del país.
El mensaje de anoche de EGU a las Fuerzas Armadas de Venezuela (FFAA), que busca provocar un quiebre dentro de ellas, plantea un escenario crítico: si las fuerzas militares dejan de apoyar a Maduro y reconocen a EGU como presidente democráticamente electo, la balanza de poder podría inclinarse a favor de la oposición. Sin embargo, es aún incierto si ese quiebre se materializará, dada la lealtad histórica y los intereses que la cúpula de las FFAA han mantenido y siguen manteniendo con el régimen.
En su gira internacional, EGU se encuentra actualmente en EE. UU. y habrá que ver qué resultados arrojan sus reuniones tanto con la administración Biden, que concluye en 14 días, como con funcionarios de alto nivel de la nueva administración Trump, que asumirá el 20 de enero.
Posterior a los EE.UU., EGU tiene programado estar en Panamá el 8 de enero, en República Dominicana el 9 y en Venezuela el 10, día en que ha prometido juramentarse como presidente.
Previamente, en su visita a Argentina y Uruguay, fue recibido por los presidentes Javier Milei y Luis Lacalle Pou, quienes lo reconocieron como presidente electo y le expresaron su firme apoyo.
De cara a los próximos días, será crucial observar qué países confirman su asistencia a la juramentación de NM y qué nivel de representación enviarán. En particular, países de la región como Brasil, Colombia, México y Chile serán clave, ya que su postura podría influir significativamente en el futuro político de Venezuela. En cuanto a la Unión Europea, sus países miembros han anunciado que no participarán en la toma de posesión de Maduro, lo que es un signo claro de rechazo al carácter fraudulento de su reelección.
Otro punto fundamental será el nivel de movilización ciudadana que se logre dentro de Venezuela. Las protestas del 9 de enero, dentro del país, son clave. Si MCM decide salir de su clandestinidad y participar activamente, habrá que observar cómo reacciona el régimen. ¿Será detenida? ¿Cómo responderán las fuerzas represivas a las manifestaciones masivas? El recuerdo de la brutal represión posterior a las elecciones del 28 de julio está fresco, y es previsible que el régimen actúe con igual determinación y arbitrariedad para sofocar cualquier intento de desafío popular.
En mi opinión, el régimen de Maduro, decidido a lograr su juramentación, no se detendrá ante nada. Ayer, en el inicio del último periodo de sesiones de la Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez fue reelegido como presidente y propuso que se solicitara el arresto inmediato de EGU si este regresa al país. La amenaza también se extiende a los expresidentes y líderes internacionales que acompañen a EGU en su retorno. Rodríguez incluso señaló que “extranjero que lo acompañe será tratado como invasor”, un indicio claro de que las fuerzas del régimen no escatimarán esfuerzos para mantener su control.
En este contexto, se hace igualmente crítico monitorear las posibles reacciones dentro de las FF.AA. ante el mensaje de EGU.
Además, si como EGU ha prometido logra ingresar a Venezuela, será fundamental observar cómo lo hace: ¿será detenido? ¿Logrará juramentarse como presidente, o será expulsado del país? ¿Acabará en prisión? Las posibilidades son inciertas, pero la amenaza de represión por parte del régimen es real.
Con solo 4 días para la fecha clave del 10 de enero, las preguntas siguen siendo muchas y las respuestas, pocas.
A pesar de los valientes esfuerzos de la oposición, sigo considerando que las probabilidades de que las FFAA acaten la solicitud de EGU son muy bajas. Y aunque no imposible, veo también muy difícil que EGU logre ingresar a Venezuela y logre juramentarse como presidente.
Resumiendo: Es importante ser prudente al evaluar esta compleja situación marcada por la tensión y la incertidumbre. No debemos confundir los deseos de ver a Venezuela recuperar su democracia con las probabilidades reales de éxito bajo los términos planteados por EGU y MCM. Las expectativas deben calibrarse, porque, con la información disponible hasta el momento, a menos que surja una sorpresa mayúscula, el escenario más probable es que NM, mediante el uso arbitrario de la fuerza, logre juramentarse el 10 de enero, como titular de un régimen que no solo sigue siendo autoritario, sino que también será de facto.
Sin embargo, si este escenario adverso se materializa, la iniciativa de EGU y MCM habrá logrado algo importante. Aunque no haya alcanzado su objetivo máximo, su esfuerzo habrá sido determinante para deslegitimar la toma de posesión de Maduro, señalado su origen fraudulento y su carácter autoritario y de facto, reivindicado el triunfo opositor en las urnas del 28 de julio, y mantenido viva la figura de EGU como presidente democráticamente electo.
Además, dejará en claro la voluntad y el compromiso de la oposición democrática de continuar presionando tanto desde dentro del país como hacia la comunidad internacional -incluido el apoyo que podría brindar la administración Trump post 20 de enero-, para seguir buscando una salida democrática, electoral y pacífica a la grave crisis venezolana.
En efecto, la oposición habrá demostrado asimismo que no ha bajado los brazos ni se ha rendido y que la esperanza de una transición democrática sigue viva y, aunque el camino sea arduo, es el mejor escenario para Venezuela.
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