En la semana del 6 al 12 de abril de 2020, las compras de cervezas han aumentado un 86,5%; las de vino, un 73,4%; y las de bebidas espirituosas, un 93,4%, respecto a la misma semana de 2019. Así lo reflejan los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
CuídatePlus le ha preguntado a Gonzalo Herradón, profesor titular de Farmacología de la Universidad San Pablo CEU e investigador del Plan Nacional Sobre Drogas, cuáles podrían ser los motivos de ese incremento en la ingesta de bebidas alcohólicas durante el confinamiento provocado por la pandemia de Covid-19.
“Desde un punto de vista estrictamente farmacológico, el alcohol tiene un mecanismo de acción a nivel cerebral similar a fármacos ansiolíticos o sedantes como el bromazepam o el diazepam. Al principio, puede presentar esos efectos ansiolíticos y placenteros que pueden llevar a su consumo en épocas de crisis o periodos complejos como este. Lo que ocurre es que luego la ingesta de alcohol agrava el problema, porque a la larga provoca estrés, insomnio, ansiedad, dependencia, etc.”, señala Herradón.
El investigador en drogodependencias considera que el consumo de alcohol también podría estar aumentando por el mero aburrimiento que puede llevar consigo el confinamiento. Otra razón importante que no debemos olvidar es que en situaciones como la actual, no es sencillo hacerse con otro tipo de drogas ilegales y los individuos dependientes de estas sustancias pueden incrementar el consumo de alcohol para tratar de paliar la falta de aquellas.
Riesgos del consumo de alcohol en el contexto que se está viviendo
Para Herradón, “un riesgo claro es que la situación actual puede llevar a iniciar el consumo de alcohol o a aumentar de forma significativa el que ya existía. En pocas palabras, sí que es esperable un aumento de pacientes que busquen ayuda por haber desarrollado un trastorno por consumo de alcohol durante el confinamiento que luego les sea difícil extinguir”.
Por otro lado, el profesor del CEU resalta que el alcohol afecta al sistema inmunitario a distintos niveles y, al bajar su tono, puede aumentar el riesgo de infección. De hecho, se conoce que el alcohol puede aumentar el riesgo de neumonía al limitar la función de los macrófagos a nivel pulmonar, células clave en la protección contra patógenos.
¿Beber en casa instaura hábitos nocivos para la salud que no se tenían antes del confinamiento?
“Efectivamente, aparte del mero hecho de que el consumo de alcohol en cualquier cantidad es nocivo para la salud, en esta época de confinamiento podemos encontrarnos con nuevos pacientes con consumo de alcohol problemático no por la cantidad que beben, sino por haber desarrollado la conducta de beber para paliar el malestar psíquico asociado al confinamiento (estrés o ansiedad). Aunque no sea un consumo muy elevado, esa conducta aprendida durante esta situación es también un trastorno por consumo de alcohol que puede requerir tratamiento”.
En los pacientes con alcoholismo, ¿el confinamiento empeora su adicción?
Tal y como cuenta Herradón, “sería esperable que sucediera. Hay que tener en cuenta que los pacientes con trastornos por abuso de sustancias, como sería el caso, tienen mayor probabilidad de experimentar problemas emocionales durante el confinamiento y eso redundaría en un empeoramiento de su adicción. Obviamente, dependerá de muchas variables individuales y ambientales, pero está demostrado tanto en modelos animales como en estudios en humanos cómo situaciones de estrés prolongado puede conllevar no solo el aumento del consumo de alcohol, sino de la dependencia del mismo”.
Consejos para evitar o reducir al máximo el consumo de alcohol en el hogar
Establecer rutinas saludables es fundamental. Desde rescatar hobbies hasta la creación de un espacio de lectura adecuada, uno de trabajo, de ejercicio, etcétera. En concreto, dice el experto, “en cuanto a la limitación del consumo de alcohol se aconseja trabajar en un sistema por objetivos: por ejemplo, limitar la ingesta a dos bebidas al día, si es posible de forma espaciada; proponerse un día a la semana sin ingesta de alcohol, e incluso recompensarse por todo ello”.
Si estamos hablando de personas que ya tenían un trastorno por abuso de alcohol, es muy recomendable que se pongan en contacto con centros de recuperación y asociaciones de ayuda. “Todos ellos cuentan con servicios telemáticos que van a acompañar al paciente en esa lucha. Es más, en el caso de una persona con este trastorno ya en tratamiento de deshabituación o habiéndolo dejado, se puede tomar esta época de confinamiento con el objetivo de resistir y salir de ella muy reforzado”, concluye Herradón.