Cuando queremos bajar de peso y pensamos en realizar una dieta para lograrlo, es posible que los carbohidratos simples caigan en el grupo de «alimentos prohibidos». Recordemos que estos son los que el cuerpo asimila con rapidez, elevan los niveles de azúcar en sangre y dificultan aplacar el apetito, a diferencia de los carbohidratos complejos, cuyo consumo se asocia a los efectos contrarios.
Pero incluso los carbohidratos simples pueden ayudarnos a cumplir con el propósito de adelgazar. Adam Bornstein, escritor y editor de bestsellers de fitness y nutrición, propone un hábito que promete perder unos kilos, sin renunciar a los tan temidos (y amados) carbohidratos.
Adelgazar sin renunciar a los carbohidratos
El especialista explica al portal de salud Greatist que no existen alimentos buenos o malos y propone dejar de demonizar a ciertas comidas como los carbohidratos simples, ya que las dietas restrictivas, además de tener una muy corta duración, conducen a una vida de insatisfacciones.
«No me importa si estás mordiendo un bistec jugoso, disfrutando un poco de pasta, o sonriendo entre cada bocado de postre, la comida debe ser disfrutada», explica Bornstein.
Cambio de hábito (y de mentalidad)
Es difícil comenzar de inmediato a realizar actividad física todos los días y renunciar de forma abrupta a las pizzas y postres, por lo que el autor sugiere que comiences con tareas simples que puedas dominar y que se adecúen a tus propias necesidades y estilo de vida, como por ejemplo:
- comer vegetales dos veces al día
- dormir al menos siete horas por la noche
- tomar dos vasos de agua con cada comida
- ir al gimnasio tres veces durante la semana
Bornstein explica que la sensación de satisfacción por haber cumplido tus objetivos se traducirán en éxito, lo cual creará un hábito. «El hábito hace que todo sea más fácil. Ese es el verdadero objetivo: hacer que el cambio parezca demasiado fácil».
Pero a su vez, el autor hace hincapié en la importancia de ir despacio y no crear demasiados objetivos a la vez, ya que la sensación de no haber llegado, te hará sentir que has fallado. «Si haces tus objetivos fáciles, estarás en el camino correcto. Pequeños éxitos crearán un refuerzo positivo».
En esta línea, el especialista propone que una vez que alcances tu objetivo de, por ejemplo, ir dos veces a la semana al gimnasio, agregues otro, ya que cada oportunidad te dará la chance de construir un hábito que puedas dominar.
«A medida que pasa el tiempo, puedes hacer los objetivos mucho más específicos y difíciles. Pero cuando lo hagas, lo estarás construyendo sobre una sólida base de hábitos que hará que sea muy difícil volver a su antiguo yo» asegura Bornstein.
Ya lo sabes, para lograr tu objetivo no es necesario que renuncies a todo lo que te gusta. Incorporar los alimentos que te hacen bien te ayudará a moderar los que no. Así que enfócate en las frutas, las verduras y las carnes magras, y continúa regalándote carbohidratos simples con moderación.