Te presentamos los mejores lugares para disfrutar esta temporada, ya sea por la emotividad u originalidad de sus fiestas, o porque ofrecen escenarios ideales para escaparse de la rutina.
Barrancas del Cobre
Este sistema de cañones y profundas barrancas es el hogar de los rarámuris y constituye uno de los espectáculos naturales más impresionantes de México.
Sus montañas invitan al rappel, mientras que sus extensas tirolesas son famosas entre los aventureros. Lo mejor: es posible descubrirlas a bordo del “Chepe”, un tren que atraviesa varios poblados, otorgando panorámicas de ensueño.
Durante la Semana Santa, este destino cobra un encanto especial gracias a las tradiciones de los tarahumaras (de más de 400 años de antigüedad), que dan vida a uno de los fenómenos de sincretismo religioso más singulares de nuestro país.
A lo largo de estos días hay encendidos de fogatas, toque de tambores, música de flautín, peregrinaciones y la quema del Judas-mestizo en la Misión de Tewerichic. Otro protagonista es el tesgüino, una bebida alcohólica de maíz.
Tlayacapan
Este Pueblo Mágico morelense es cálido y lleno de color. Por su magnífico Ex Convento San Juan Bautista, que aloja antiguas momias, forma parte de la Ruta de los Conventos declarada por la UNESCO.
También destaca por sus tradiciones, spas y restaurantes, y por sus trabajos artesanales, donde las velas de escamas y la alfarería de barro vidriado son las más buscadas.
En Semana Santa, Tlayacapan se viste de fiesta y sus calles se llenan de procesiones y alegría. Además del Via Crucis, los chinelos bailan al ritmo de la banda y la gente muestra una mezcla de alegría con fe y devoción.
Costalegre, Jalisco
Situada entre el Puerto de Manzanillo y Puerto Vallarta, la Costalegre ofrece diferentes entornos que invitan a refugiarse en la relajación total.
La Bahía de Tenacatita sorprende por sus caletas y rincones con restaurantes y hoteles de distintas clases.
Uno de los imprescindibles es dar un paseo en lancha que llega a Boca de los Gorriones, de aguas transparentes ideales para nadar.
Otros sitios son Boca de Iguanas, en la playa La Manzanilla, donde se puede acampar; la Caleta Tamarindo con campos de golf; y las islas Punta Hermanos, donde destaca la Isla de los Pájaros.
Por otro lado, Punta Careyes tiene apacibles playas donde es posible realizar paseos a caballo, observar aves y bucear. Y Cuixmala es un verdadero paraíso verde rodeado de mar, bosques y fauna.
Ciudad de San Luis Potosí
San Luis Potosí es una ciudad colonial que destaca por sus ricas construcciones barrocas de cantera. En su Centro se admiran edificios como el Palacio Municipal, la Catedral, el Palacio de Gobierno, el Templo del Carmen con su magnífico Camarín de la Virgen y el Teatro de la Paz.
También vale la pena visitar el Museo de las Tradiciones Potosinas y el Museo Nacional de la Máscara, con ejemplares de distintos rincones del país.
Otros imprescindibles son el Ex Convento de San Francisco, que alberga el Museo Regional Potosino y el Santuario de Guadalupe.
Además, en sus alrededores se localiza el pueblo minero de Cerro de San Pedro, hay haciendas, un zoológico y el Museo de Ciencias Naturales José Vilet.
San Luis Potosí también es uno de los mejores lugares para vivir la Semana Santa, pues su Procesión del Silencio, realizada el Viernes Santo, es reconocida a nivel nacional.
En esta fiesta, 28 cofradías se reúnen en el centro para expresar su duelo. Entre los personajes figuran los costaleros, devotos ataviados con una túnica especial y una capucha larga y puntiaguda.
San Luis Potosí se localiza a aproximadamente 190 km al sureste de la ciudad de Zacatecas, al norte de la República.
Costa Esmeralda, Veracruz
Entre Nautla y Tecolutla se extiende una franja de 50 kilómetros llena de playas de aguas verdes y azules, con oleaje tranquilo. Costa Esmeralda es el destino ideal para el descanso: su clima es templado y sus servicios turísticos son de buena calidad.
También permite realizar deportes acuáticos y visitar un campamento tortuguero. Entre sus atractivos están sus hoteles, que van desde los rústicos a los de clase especial, como el Azúcar de Grupo Hábita.
Como buen destino veracruzano, la gastronomía es sencillamente deliciosa (no dejes de probar pescados y mariscos frescos).
En Playa de Casitas hay una excelente oferta culinaria en restaurantes y palapas. Otro sitio que merece una visita es el poblado de San Rafael, de estilo francés.
Cerca de Costa Esmeralda también se encuentran una joya arqueológica y un Pueblo Mágico: El Tajín y Papantla.
En la prehispánica “ciudad del trueno” no dejes de admirar sus pirámides de nichos, mientras que en la población que huele a vainilla, su danza de los voladores es lo más memorable.
Taxco, Guerrero
Este Pueblo Mágico está dotado de una gran riqueza artesanal y arquitectónica, debido a la abundancia de sus minas de plata.
Entre sus callejuelas se descubren pintorescos rincones, el Museo Spratling y la Parroquia de Santa Prisca y San Sebastián, uno de los ejemplos más hermosos de la arquitectura colonial.
Asimismo, podrás subirte al teleférico desde el que se admira el paisaje rodeado de montañas y cañadas, y adquirir bellos objetos en plata en sus múltiples tiendas y talleres.
En Semana Santa, Taxco adquiere otro colorido. Durante estas fechas se realizan misas, el Vía Crucis y la singular procesión en donde los fieles cargan pesados bultos de ramas y avanzan en silencio para sanar sus culpas o hacer peticiones especiales.
Se localiza a aproximadamente 104 km al norte de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero.
Huatulco, Oaxaca
Este destino playero se conforma de 9 bahías y 36 playas. Pero no sólo ofrece sol, arena y mar, sino también cascadas, ríos, fincas cafetaleras y una sorprendente biodiversidad.
Tiene un excelente clima todo el año y hoteles de todas las clases (incluso de lujo), centros nocturnos y restaurantes. Aquí se pueden practicar diversas actividades acuáticas como rafting, rappel y buceo.
Para conocer sus bahías lo más recomendable es un recorrido en bote, siendo Santa Cruz el centro turístico de Huatulco. A la par, sus artesanías (podrás comprar alebrijes y mezcales) y su rica gastronomía a base de productos del mar son dignos de reconocimiento.
Ciudad de México
Durante la Semana Santa, la capital del país muestra su mejor cara, pues suele estar menos llena de lo habitual e invita a conocer sus mejores rincones.
Recorre el Centro Histórico y admira el Palacio de Bellas Artes, la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional, el MUNAL y el Templo Mayor.
En Chapultepec pasea por el extenso parque, asciende al Museo de Historia Castillo de Chapultepec y visita el Museo Nacional de Antropología.
También puedes darte una vuelta por los barrios de Coyoacán, San Ángel y la Roma, en los que descubrirás museos, plazas y restaurantes. Otra opción es Xochimilco, que, a bordo de trajineras, es una memoria del México antiguo.
Si te interesan los rituales religiosos de Semana Santa, en la capital tiene lugar uno de los espectáculos más reconocidos en México: La Pasión de Cristo en Iztapalapa.
En el Viernes Santo se lleva a cabo esta representación donde los miembros del mismo barrio son los protagonistas. También en Milpa Alta se realiza una original puesta en escena con más de 60 actores.
Mahahual, Quintana Roo
En la Riviera Maya se ubica este destino que, a diferencia de otros como Cancún, Playa del Carmen y Tulum, aún conserva un ambiente pueblerino, dotado de hoteles pequeños y calles sin pavimentar.
Mahahual es idóneo para los que quieren escaparse y disfrutar al máximo del encuentro con la naturaleza y de las vistas del mar Caribe.
Aquí la fauna marina es impresionante (se localiza cerca del atolón coralino de Banco Chinchorro), por lo que podrás observar tortugas, delfines, manatíes y caballos de mar.
Tiene uno de los muelles más importantes de la costa y sus aguas, de suave olaje, son perfectas para nadar, bucear y pescar. Muy cerca está la reserva de la Biósfera Sian Ka’an y Bacalar, con su espléndida laguna de siete colores.
Ciudad de Oaxaca
Oaxaca es una ciudad mágica, no sólo por la belleza de su arquitectura o por el sabor de su gastronomía, sino por ser una mezcla de tradición, modernidad y buen gusto.
Admira sus construcciones virreinales como la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y el Templo de Santo Domingo de Guzmán, levantados en cantera verde; recorre su andador Macedonio Alcalá, lleno de cafés, museos y tiendas de artesanías; camina por los portales y prueba chapulines, tlayudas y mole en el Mercado Benito Juárez o en sus restaurantes de alta cocina oaxaqueña.
No te puedes ir sin probar el mezcal y el chocolate, visitar las zonas arqueológicas de Monte Albán y Mitla y observar la belleza natural de Hierve el Agua.
Oaxaca es una ciudad de fiesta constante, y la Semana Santa no es la excepción. A lo largo de los días santos, hay representaciones de la Pasión, el Domingo de Ramos y procesiones. Además, hay venta de artesanías como tapetes, barro negro y alebrijes.