YA DOS DECADAS DE NARCOS MEXICANOS QUE TRAFICAN DROGAS EN LA LEJANA ARGENTINA
Por Cecilia González. Corresponsal
Buenos Aires, 26 Jun (Notimex).- En sólo dos décadas, diferentes cárteles mexicanos llegaron a Argentina para lavar millones de dólares, fabricar metanfetaminas y traficar cocaína, de acuerdo con información del Ministerio de Seguridad y fuentes judiciales.
La semana pasada, las autoridades decomisaron la cantidad récord de dos toneladas de cocaína escondidas en bobinas de acero que iban a ser exportadas a España y Canadá.
Por este caso fueron detenidos Rodrigo Alexander Naged Ramírez, de 58 años, Max Rodríguez Córdova (45), Gilberto Acevedo Villanueva (28), y Jesús Madrigal Vargas (27), oriundos de Michoacán, y otros 13 cómplices argentinos.
El Ministerio de Seguridad informó que el cargamento tiene un valor de 60 millones de dólares y que los narcos pensaban sacarlo desde el Puerto de Bahía Blanca, una ciudad ubicada a 700 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Después del decomiso, el Ministerio de Seguridad presumió que le había avisado al gobierno de Canadá que un cargamento de 372 kilos de cocaína estaba por llegar a sus costas, oculto de la misma manera que la que se decomisó en Argentina.
La droga, efectivamente, fue secuestrada en el puerto de Montreal, lo que demuestra el cambio y la expansión de rutas de narcos mexicanos.
De acuerdo con las primeras investigaciones, la cocaína decomisada aquí la semana pasada provenía de Bolivia y pasó primero por Chile antes de atravesar la frontera argentina hasta llegar a Bahía Blanca, de donde iba a ser enviada a puertos españoles y canadienses.
Las autoridades argentinas aseguraron que los mexicanos detenidos pertenecen “a algún peligroso cártel de Michoacán”, sin aportar más pruebas que el lugar de nacimiento de los acusados.
Lo mismo ocurrió en 2008, cuando una decena de mexicanos fueron detenidos en un laboratorio clandestino ubicado en las afueras de esta capital y en el que fabricaban metanfetaminas.
El gobierno argentino aseguró entonces que formaban parte del cártel de Guanajuato, que no existía, pero que era el lugar de origen de la mayoría de los imputados.
Los mexicanos nunca confesaron adhesión alguna a ninguna organización criminal, pero la línea de investigación apuntó al cártel de Sinaloa, el cual también traficó toneladas efedrina (materia prima de las metanfetaminas) de Argentina a México.
El primer caso de la llegada de narcos mexicanos al país sudamericano lo protagonizó a mediados de los 90 el jefe del cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, quien vino para lavar dinero y buscar un escondite.
Aunque Carrillo Fuentes murió luego de una cirugía plástica que le cambiaría el rostro, sus cómplices siguieron operando en Argentina y lavaron por lo menos 21 millones de dólares gracias a transferencias que provenían de bancos de Estados Unidos.
El año pasado, la justicia concluyó este caso con sentencias menores a personas que operaron como prestanombres del Cártel de Juárez para la compra de casas, campos, departamentos, hoteles y vehículos.
Por el caso de la efedrina, por el contrario, sí fue condenado el jefe de la banda, Jesús Martínez Espinosa, quien sigue preso en una cárcel de Buenos Aires, y una decena de mexicanos que ya fueron enviados de regreso a su país después de cumplir parte de sus condenas.