En Venezuela, según su Constitución, el voto es un derecho y es un deber. Está además consagrada como una democracia participativa y protagónica. No sólo como una “representativa”, como lo establecen las cartas magnas de la mayoría de los países de América Latina.
Pese a que el sufragio no es obligatorio, Venezuela presenta uno de los índices de participación electoral mas altos de todo el hemisferio. A pesar de la campaña desde algunos centros de poder en el exterior para desacreditar la democracia venezolana, los índices de participación electoral siguen siendo notable. Un síntoma de que hay un pueblo que mayoritariamente confía en su sistema electoral.
Sólo en el año 2017, los electores venezolanos asistieron a tres comicios, en el contexto de una primera mitad de año, donde sectores de la oposición apostaron a la violencia para tomar el gobierno. El 15 de octubre se efectuaron elecciones regionales, para escoger a los goberandores de estado y la participación fue de 61,03%, mas de 7 puntos porcentuales por arriba del anterior proceso electoral.
El 10 de diciembre de 2017 se efectuaron las elecciones de alcaldes y alcaldesas. El porcentaje de participación alcanzó el 42%, con varios aspectos a acotar. La mayoría de partidos de oposición no participó y llamó a boicotear el proceso y se trata de los comicios donde históricamente se registra la menos participación del pueblo venezolano. La participación tradicional ha rondado el 50%.
Sin embargo, tanto el porcentaje de participación en las municipales y regionales se acerca o es superior a los de la mayoría de los países latinoamericanos. Incluso comparándolo con elecciones presidenciales. Valga recordar que en las elecciones de 2013, en las que resultó electo Nicolás Maduro, participó el 79,69 del registro electoral.
Comparemos
Pongamos algunos ejemplos.
En España, en las parlamentarias de 2016, acudió a votar el 66% del padrón electoral. Se trata de elecciones que derivan en la elección de un Jefe de Estado. Pero, bueno no se trata de un país latinoamericano. Sólo anotemos allí esa referencia.
En Colombia, para las elecciones parlamentarias de 2018, la participacion fue de 48%. Además dentro de ese porcentaje hay votos en blanco, opción que permiten las leyes electorales de ese país. En las elecciones presidenciales del 2014 acudieron a votar en la primera vuelta el 40% del registro y en la segunda vuelta del 47%. Abrumador reflejo de una democracia con muy poca credibilidad. Es por cierto el gobierno de Colombia uno de los que mas cuestiona los comicios venezolanos. ¿Santos con cuánto porcentaje real del padrón electoral fuiste electo?
En Chile: esta nación realizó la primera y segunda vuelta de sus comicios presidenciales entre noviembre y diciembre del pasado año ¿los porcentajes de participación? muy similares a los de una elección municipal en Venezuela con boicot de la oposición. En primera vuelta votó el 46,7 por ciento del padrón electoral. Para la segunda concurrió el 49,02%. ¿Mucha legitimidad no Piñera?
En Paraguay: los guaraníes fueron a elecciones muy reciente, el pasado 22 de abril. Los comicios fueron cuestionados y hubo denuncias de fraude, pero vayamos a la cifra de participación. Sólo 61,4% de los paraguayos en edad y derecho de hacerlo fue a votar. ¿Menos que en las más recientes parlamentarias de Venezuela, cierto?
En Honduras: en esta pequeña nación centroamericana donde EEUU posee la base militar mas grande en toda la región, hubo elecciones en noviembre de 2017. Muy turbios sus resultados, pero no es el tema ahora. La participación fue de sólo 59,52%.
Podríamos ser mucho más extensos en la comparación, pero lo importante es determinar que en Venezuela la participación electoral demuestra que su pueblo confía mucho más en el sistema que en otros países, cuyos gobiernos cuestionan precisamente la legitimidad de los procesos electorales venezolano.
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Source: El Ciudadano