Extraña, en una sola palabra, ésa sería la definición de esta cinta indie que es capaz de cautivar al cinéfilo. En medio de una playa, un joven intenta perpetrar suicidio; sin embargo, éste se verá interrumpido tras hallar, a la deriva del mar, el cadáver de un hombre joven, el cual no para de emitir gases a la menor provocación.

Una relación de amistad surge entre ambos, aunque suene deschavetado, por lo que diferentes momentos se irán tejiendo entre ambos personajes. De una u otra forma los miedos, anhelos y demás se irán asomando, acompañados de su respectiva dosis de humor, corrosivo en su mayoría, otorgando a esta cinta de cierta originalidad, gracias a los dos jóvenes cineastas, así como a los dos protagonistas, capaces de mantener atento al espectador.

El filme se sale del molde de lo convencional y se arriesga a hacer cosas en su premisa, tal vez su desarrollo es más tradicional; sin embargo, y en definitiva, esta propuesta “loca” no es apta para paladares tradicionales, el final también se aleja de lo ortodoxo, dejando más preguntas que respuestas.

Paul Dano brilla como náufrago, mientras que Daniel Radcliffe luce sobremanera como un cadáver. Todo gracias a una cinta que explora el existencialismo, con sus dotes surrealistas, pero de una forma absurda. Pese a sonar ilógico, la cinta posee su encanto, su magia y su nostalgia acompañada de sus respectivas flatulencias, literal.      

—Adrián Ruiz

DIRIGEN
Daniel Scheinert y Dan Kwan.

ACTÚAN
Daniel Radcliffe.
Paul Dano.
Mary Elizabeth Winstead.