WASHINGTON.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistió ayer a la final de la liga universitaria de futbol americano en medio de la polémica que él mismo creó al atacar a los jugadores que se arrodillan durante el himno nacional para protestar contra la violencia policial.
Trump aprovechó la final deportiva, un partido entre la universidad de Alabama y la de Georgia, para situarse en medio de un estadio de Atlanta y mostrar su respeto por el himno nacional.
Flanqueado por unos agentes vestidos de azul marino, Trump colocó su mano derecha sobre el pecho, a la altura del corazón, y murmuró las palabras del himno nacional siguiendo la melodía de la banda Zac Brown, basada en Atlanta (Georgia) y que interpretó la canción en directo.
Acto seguido, Trump volvió a las gradas del estadio, desde donde disfrutó de parte del partido.
Poco antes, en un acto en Nashville, Trump repitió sus ataques contra los jugadores de la Liga de Futbol Americano (NFL) que, desde hace meses, se arrodillan al comienzo de los partidos, mientras suena el himno nacional, en un gesto de protesta contra la violencia policial que sufre la minoría negra.
Queremos que nuestra bandera sea respetada, queremos que nuestra bandera sea respetada y también queremos respeto para nuestro himno, dijo el presidente, cuyos comentarios fueron recibidos con aplausos y gritos de “¡U-S-A!” por parte de los agricultores ante los que habló en Nashville (Tennessee).
“Hay un montón de lugares para que la gente exprese sus ideas y proteste, pero amamos nuestra bandera, amamos nuestro himno”, insistió Trump, quien horas después, durante el partido, se mantuvo en silencio.
En el partido, la universidad de Alabama consiguió vencer a Georgia durante la prórroga y se hizo con el título.
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Source: Excelsior