Desde que se estrenó The Walking Dead ha sido un éxito absoluto, ¿se acuerdan cuando hace ocho o siete años el mundo parecía que se paraba cada vez que emitían un capítulo? En ese entonces estaba en la Universidad y cada vez que se estrenaba un episodio, mis compañeros llegaban comentándolo como si fuera lo más importante del día.

Fue todo un fenómeno, las convenciones de fanáticos se llenaron de cosplay de los personajes y, para muchos, The Walking Dead le dio un nuevo empujón al género de los zombies, un empujón que necesitaba.

Lamentablemente, con el tiempo The Walking Dead pasó de ser considerada prácticamente una obra maestra en el género a casi un hazmereír: sus números de audiencia siguen y siguen bajando.

Y no parece que puedan hacer algo para lograr revertirlo, porque el estreno de la novena temporada perdió al 50% de la audiencia acostumbrada en los inicios de temporada.

En 2017, la temporada 8 tuvo a 12 millones de espectadores viendo el primer capítulo, mientras que este año solo logró reunir a 6,1 millones de personas. Que aunque sigue siendo un público considerable, no quita que es bastante menos que antes.

Sobre todo considerando que la temporada pasada tuvo en promedio 7.8 millones de espectadores, llegando a un peak de 7.9 en la final. Y esos números ya eran bastante negativos para la serie, que no solo enfrentó problemas de audiencia sino que también de crítica.

Porque simplemente, parece que The Walking Dead ya no es lo que solía ser y la gente ya no se conforma con series medianamente buenas, sino que están constantemente buscando mejores narrativas, mejor trama, mejor contenido.

Y AMC -el canal que emite TWD- estaba plenamente consciente de las críticas a la temporada pasada, así que hizo toda una estrategia de promoción para este estreno prometiendo grandes cambios en la serie, asegurando que la llevarían de vuelta a su antigua gloria.

El problema es que según se refleja en los números, la campaña no fue suficiente y la gente simplemente dejó de confiar, posiblemente creyendo que ya no tenía vuelta atrás y ¿por qué ver una serie que solía ser buena, pero que ya no lo es tanto si hay todo un catálogo de series magníficas a disposición?

Los espectadores cada vez se hacen más exigentes, demandando contenido de calidad para asegurar lealtad. Y las series necesitan entender eso.

Source: UPSOCL