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sábado, septiembre 21, 2024

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Tenía dos esposas y seis hijos, pero no fue suficiente. Hombre de 41 años se casó con una niña de 11

En más de una ocasión se ha tocado el tema del matrimonio infantil. Desgraciadamente, la imagen es más o menos típica. Niñas pequeñas caminan hacia el altar. En un principio, se piensa en una imagen demasiado ingenua. Niñas que se casan con niños. Dos menores que intentan formar un hogar, tener hijos. Algo así. Tristemente, la realidad dista mucho de eso. Según Ipas México, una fundación que busca que las mujeres puedan ejercer con libertad sus derechos reproductivos y sexuales, un 70% de las niñas y adolescentes entre 10 y 14 años que tuvieron un hijo vivo, reportaron que el padre tenía entre 18 y 78 años. La respuesta, entonces, nos arroja a la normalización cultural de la pedofilia. Las niñas no se casan con otros infantes. Se casan con adultos. Hombres que conocen mecanismos básicos de control para atraerlas hacia ellos, o que simplemente pueden pagar el dinero suficiente como dote para mantenerlas cerca.

A pesar de que en muchos países la edad legal para consentir relaciones sexuales puede ser muy baja (en México, por ejemplo, va desde los 12 a los 14 años según la legislación local), una buena parte de la sociedad ha demostrado tener la entereza y la dignidad suficiente como para catalogar el acto de involucrarse con una menor como uno inmoral. Parece un requisito mínimo, pero parece ser que para algunas personas, lugares y contextos, es demasiado pedir. Así que, a pesar de la edad de consenso estipulada en la ley (algo que no debe dejar de cambiarse), no suele haber problemas de este tipo en los países más desarrollados de occidente.

Pixabay

Pero en Malasia, las cosas son un poco distintas. En el país asiático, un hombre puede tener hasta cuatro esposas al mismo tiempo, y la edad legal para que una menor se case con un mayor, es de 16 años. Edad que, para algunos sujetos, es algo “dialogable” si se llega a ciertos arreglos con la familia. Ese fue el método de Che Abdul Karim para poder meter a su casa a una menor de 11 años.

Che Abdul Karim es empresario. No está entre los hombres más ricos del país, pero tiene bastante buen pasar. Tenía dos esposas y seis hijos (el mayor, siete años más grande que la niña) cuando conoció a la que sería su tercera esposa. De acuerdo al periódico estadounidense The New York Times, Abdul Karim, de 41 años, se casó con la menor totalmente escondido de sus esposas e hijos. Los únicos que sabían del acuerdo eran los padres de la muchacha. Ellos habrían llegado desde Tailandia hasta Malasia hace algunos años buscando una mejor vida. Son una familia pobre, y ambos padres de la niña trabajan recolectando caucho. Abdul Karim podía ofrecer una buena dote por la pequeña, y según él, ambos padres habrían aceptado.

FMT

Finalmente, y según el relato del hombre, él y la pequeña se habrían casado en Tailandia, un país con una legislación confusa: la edad mínima para que una chica tailandesa se case es de 17 años. Sin embargo, está estipulado en la ley que puede contraer matrimonio siendo más joven por “razones excepcionales”. Ahí es donde comienza la confusión. No hay un punteo, una guía, ni una lista de criterios para considerar las razones que podrían ser válidas. Finalmente, cualquier menor puede ser expuesta a casarse con un sujeto mayor. Solo dependen del criterio del juez de turno.

Ahora, Abdul Karim está siendo investigado por su nuevo matrimonio. El Gobierno ha decidido no reconocer esta unión. En este caso, el consentimiento de los padres de la menor no es suficiente, pues está muy por debajo de la edad mínima que le permitiría casarse; y el matrimonio, en caso de haberse realizado, tampoco habría sido dentro de los límites del país. Y, a pesar de que tanto el marido como los padres de la niña se defienden asegurando que habrían llegado al arreglo de que la menor solo se mudara con él cuando cumpliera los 16, y que tampoco habría habido contacto sexual entre ambos, se decidió estudiar a fondo el caso.

Tribunnews.com

“Esto es una ofensa”.

Wan Azizah Wan Ismail, viceprimer ministra de Malasia, condenó ampliamente el caso, y agradeció que este haya salido a la luz gracias a una de las esposas de Abdul Karim, quien, molesta, decidió denuciar a su marido por estar contrayendo matrimonio con una menor. Según la ministra: “Mis oficiales están trabajando con otras agencias locales para llegar más a fondo en este caso. Esto incluye los elementos de preparación sexual entre el hombre y la niña antes del supuesto matrimonio. Esto es una ofensa”.

En algunos medios, hay entrevistas a la menor. En ellas, asegura que ama a Abdul Karim por ser un “hombre amable”. Wan Ismail ha debatido cualquier estela de duda que esas declaraciones puedan dejar, asegurando que “el consentimiento en una niña menor de 12 años no es consentimiento”. La ministra también reveló que, apenas empezada la investigación, se enteraron de que esta es la segunda vez que un adulto intenta cortejar a la niña para casarse con ella.

Twitter

Según Paveena Kongsakul, una tailandesa que se desempeña como activista por los derechos infantiles, podría considerarse como trata de blancas el que los padres entreguen a una de sus hijas para casarse con un sujeto al que no aman ni conocen a cambio de conseguir ciertas regalías materiales.

Por otro lado, la ONU considera que el matrimonio infantil es algo “inaceptable”. Y la Comisión de Derechos Humanos de Malasia tampoco dejó de mostrarse preocupada por el caso. Reflexionando en torno a todas las situaciones en las que menores de edad se ven envueltas en matrimonios forzosos por temas religiosos, llegaron a la conclusión de que permitir estas uniones en nombre de la fe “da protección a potenciales pedófilos y depredadores sexuales infantiles”.


Source: UPSOCL

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