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SWINGERS; REGLAS para los que SE ANIMAN AL SEXO ENTRE PAREJAS

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SWINGERS; REGLAS para los que SE ANIMAN AL SEXO ENTRE PAREJAS

Lo dice “el gurú” del sexo entre parejas en América Latina, en una entrevista exclusiva con Infobae. Trabaja en el mundo de las finanzas y acaba de escribir una guía que toda pareja debe conocer, si está pensando en explorar los misterios del mundo swinger.

Ted Williams no se llama Ted Williams.

Es swinger desde hace más de 20 años y usa un seudónimo porque, a la vez, es profesional y se encarga de las finanzas en una prestigiosa empresa de Chile.

Ted pasó de ser un simple practicante del sexo entre parejas a convertirse en una suerte de líder y consejero internacional de la manada. Y si decidió asumir ese rol es porque se cansó de que el tabú y el qué dirán alejara a las parejas que querían ingresar a este mundo (mucho más a las mujeres).

Como el anonimato es una regla, no está permitido sacar fotos en los encuentros. Esta foto real es una excepción.

En su “militancia”, arrancó un programa de radio sobre el tema y organizó el “Primer encuentro de swingers de Argentina y Chile”, al que fueron 220 parejas.

Pero hace un mes fue más allá y se convirtió en el anfitrión del “Primer Encuentro Sudamericano de Swingers”: 300 parejas de América y también de Europa que se juntaron en una mansión en Viña del Mar a participar de lo que se llamó “La fiesta soñada”.

Se calcula que hay 10 millones de swingers en el mundo entre los que navegan por las redes pero él cree que son muchos más.

Su lógica es que, con buena información, muchas más parejas con curiosidades “saldrían del closet”. Y para ayudar a ese proceso, acaba de escribir una “Guía para parejas swinger“.

En diálogo con Infobae, cuenta cuáles son las “reglas de oro” que hay que respetar para animarse al sexo entre parejas.
¿Todos podemos ser swingers?

No. El swinger es para las parejas sexualmente sanas, es decir, que tienen una sexualidad rica, que juegan con sus fantasías, que no tienen que esconderse para ver porno y que sienten comodidad entre ellos como para dar un paso más.

Me refiero a que si en tu pareja hace un año que no tenés sexo no podés decir ‘seamos swingers‘. Meterse en este mundo con la idea de hacer algo osado para salvar a una pareja en crisis es el peor remedio que se les puede ocurrir, porque acá hace falta mucha comunicación para no pasar un mal momento.

¿Qué pasa si uno de los dos quiere probar y el otro no?

Otra de las reglas de oro es no presionar a nadie y eso incluye a tu pareja. Hay hombres que llegan sin decirle a sus mujeres a dónde están yendo. Creen que porque se tomaron unos tragos y surgió la idea, es suficiente. El problema es que cuando llegan a un club se encuentran con que la mujer ya no quiere y todo termina mal, muchas veces con llanto y discusiones. Cuando alguien se siente libre de presiones y con la seguridad de ir a su ritmo se anima a ir experimentando porque tiene la tranquilidad de saber que su pareja no va a dejarla a la deriva si algo no le gusta.

Para nosotros, ese cuidado con nuestras parejas es fundamental porque entre las mujeres la idea del sexo grupal aparece como algo muy cuestionado: ‘¿Cómo puede ser, si lleva a los hijos a la escuela?

¿Puede alguien celoso ser swinger?

No. Por eso, es muy importante informarse bien antes. Una de las preguntas que surgen a menudo, especialmente del lado de las mujeres es: ¿qué pasa si le termina gustando más ella que yo? Para que eso no pase los dos tienen que tener la misma motivación, que es disfrutar.

Pero si uno ocupa el lugar hegemónico en la pareja y el otro va para complacerlo y no perderlo, es probable que aparezcan unos celos insoportables y que uno quede encantado y el otro se quede mirando de afuera, en frío, cómo su pareja disfruta con otra persona.

Hay otra norma importante: cuando se da el encuentro, es importante no manifestar demasiados elogios y ganas desmedidas hacia alguien de la otra pareja. Mi sugerencia es no hablar de más. Que nadie pase a ser una amenaza a la pareja.

¿Qué pasa si alguien de una pareja se involucra sentimentalmente con un integrante de la otra?

El swinger exige que se trate de parejas estables. Por eso, una de las reglas es evitar cualquier actitud que pueda atentar contra esa estabilidad. Por ejemplo, hacerle a alguno de los integrantes regalos románticos, como flores, joyas o bombones.
¿Cómo se dan los primeros pasos?

Una de las claves para evitar malos momentos es saber en qué lugar encaja cada uno. Por ejemplo, están las parejas soft (que en nuestras fiestas identificamos con pulseras amarillas) que hacen todo menos tener sexo con penetración: pueden sólo mirarse o también tocarse, besarse y llegar hasta el sexo oral.

En las parejas full (con pulseras rojas) se puede hacer intercambio con penetración. Están también los switch (con pulseras verdes) que pueden aceptar o no la penetración en sus encuentros. Y están los solos, que los llamamos ‘terceros’ (pulseras azules) y que van a los encuentros porque muchas parejas no buscan parejas sino hacer tríos.

 

¿Qué pasa con los besos?

Hay parejas que acuerdan no besar en la boca porque ese es un acto de connotación romántica y prefieren guardárselo para ellos dos. La regla, entre las que sí lo hacen es que los besos tienen que estar en el contexto del intercambio sexual. Esto quiere decir que cuando se ponen la ropa no se pueden seguir besando.

¿Y qué pasa con los orgasmos?

Los hombres, por lo general, retardamos el orgasmo para no quedar fuera de juego durante el intercambio. Pero luego lo guardamos para nuestra pareja, ya sea para terminar el encuentro con ella o para terminarlo luego, en casa. La mujeres, en cambio, buscan más el orgasmo durante el intercambio.

El secreto es no depender del orgasmo para pasarla bien porque la otra pareja, al menos al principio, no sabe qué nos gusta.

Cuando se juntan dos parejas: ¿es obligatorio que todos tengan sexo con todos?

No. En este ambiente, la interacción entre hombre y hombre está prohibida. Sí está permitida la interacción entre dos chicas. El swinger estándar es entre parejas heterosexuales y en ese estándar el juego erótico sucede más entre las mujeres. Por ejemplo, hay una modalidad que se llama blizz: son parejas que van a clubes para que las mujeres jueguen entre ellas y los varones solo miren.

Una vez que se ingresó al mundo swinger ¿Se puede contar abiertamente?

Uno de nuestros mandamientos es “no hablarás del estilo de vida swinger con quien no haya manifestado interés’. La razón es que si le contamos a una pareja de amigos y queda espantada, ellos van a inferir que otros amigos en común también son swingers y estamos obligándolos a salir del clóset.

Además, si le contás a una pareja de amigos y uno se engancha con la idea de probar y el otro no, les provocás un problema de pareja que ellos no buscaron.

¿No son muchas normas?

La gente cree que tenemos sexo con cualquiera pero estamos hablando de nuestras parejas, las madres y los padres de nuestros hijos. Para que funcione, las reglas deben ser muy estrictas.

INFOBAE