Los productos químicos forman parte de tu día a día, pero debido a su composición, estos pueden suponer riesgos para tu salud al manipularlos.
Algunos de estos materiales son capaces de emitir al ambiente partículas tóxicas que pueden contaminar el aire interior de tu hogar.
Otros compuestos, como los presentes en algunos plásticos, pueden terminar en tu organismo al consumir alimentos en contacto con estos materiales.
Con el objetivo de minimizar los riesgos que pueden entrañar estos compuestos, aquí se recopilan algunas sustancias tóxicas presentes en productos de uso común que deberías evitar.
Los productos químicos forman parte de tu día a día más de lo que piensas.
Bebidas, alimentos, ropa, cremas o incluso artículos de uso común están elaborados a base de plásticos u otros materiales a los que la gente se ha acostumbrado.
Esto puede entrañar potenciales riesgos para tu salud por los componentes que pueden llevar, capaces de emitir al ambiente sustancias tóxicas.
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También pueden llegar a tu organismo a través del consumo de alimentos contaminados.
Latas de conserva, tickets de compra, botellas de plástico o incluso ropa elaborada con ciertas fibras sintéticas pueden conllevar efectos nocivos para tu salud.
Incluso, algunos podrían ser realmente graves si el contacto con estas sustancias tóxicas es continuo y en niveles más elevados de lo marcado como seguro.
Formaldehído
El formaldehído es un compuesto químico orgánico altamente inflamable y muy volátil.
En condiciones normales se presenta en forma gaseosa, con un fuerte e irritante olor, siendo muy soluble en agua.
Es uno de los compuestos orgánicos más utilizados en la industria química.
Está presente en una amplia gama de productos que van desde cremas y cosméticos a pegamentos, lacas, fibras de vidrio o maderas contrachapadas entre otros.
También se utiliza en tejidos designados como libres de arrugas.
En el interior de los hogares puede haber exposición a este compuesto ya que algunos productos emiten formaldehído al ambiente.
Algunos de ellos son el humo de cigarrillos, ciertos productos de limpieza o aislamientos de urea-formaldehído (UFFI); así como barnices para el tratamiento del parquet, — aunque estos últimos ahora son muy poco frecuentes.
Otras fuentes potenciales de formaldehído al interior de las viviendas son algunos aparatos domésticos de combustión sin ventilación adecuada como estufas de gas, de leña y calentadores de queroseno.
Cuando este compuesto se encuentra presente en el aire en cantidades superiores a los límites marcados puede producir ojos llorosos y ardor en nariz, ojos o garganta.
También puede darse tos, irritaciones en la piel o náuseas.
A largo plazo, la exposición al formaldehído puede generar problemas respiratorios y sensibilidad alérgica o dermatitis.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) incluye la exposición al formaldehído dentro de los factores importantes de riesgo de cáncer.
Benceno
El benceno es un hidrocarburo aromático que se encuentra de manera natural en el petróleo crudo y la gasolina así como en el humo de los cigarros.
Es un líquido incoloro y muy inflamable que también se utiliza en la elaboración de ciertos productos químicos como resinas, plásticos, nylon o fibras sintéticas así como tintes, pesticidas o detergentes.
Una exposición a altos niveles de benceno puede generar problemas serios de salud incluyendo a largo plazo leucemia y anemia plástica. En dosis más pequeñas este compuesto puede causar mareos, somnolencia, dolores de cabeza, aceleraciones del latido del corazón o pérdida del conocimiento.
En los hogares puede ser emitido al ambiente a través de productos que lo contengan como vinilos, PVC, muebles de aglomerado, contrachapado, la fibra de vidrio o ciertas pinturas y revestimientos de madera.
Amianto
El amianto o asbesto son una serie de minerales utilizados en la elaboración de fibrocemento.
Por sus propiedades aislantes fue muy utilizado en la construcción para la elaboración de tejados, azulejos, baldosas o revestimientos de tuberías y canalones, hasta que se descubrió su elevada toxicidad.
Como alerta la OMS, todos los tipos de amianto «causan cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de laringe y de ovario, y asbestosis (fibrosis de los pulmones).»
La exposición a este material se realiza a través de la inhalación de partículas que contienen pequeñas fibras de amianto que han pasado al aire al manipularlo. Su retirada debe ser llevada a cabo por especialistas capaces de tomar las medidas de precaución necesarias.
Bisfenol A (BPA)
El bisfenol A, conocido comúnmente como BPA, es un compuesto orgánico muy utilizado desde los años 60 sobre todo en la elaboración de plásticos así como en papel térmico y resinas.
Entre los productos que contienen BPA se encuentran los platos reutilizables, las botellas de plástico, CD y DVD, juguetes, interior de latas de conservas y bebidas así como en el papel utilizado para tickets de compra o multas.
El bisfenol A está clasificado en la Unión Europea como «una sustancia que tiene efectos tóxicos para nuestra capacidad reproductora».
Considerado un potencial disruptor endocrino, se cree que puede generar posibles efectos graves en la salud «equivalente a las sustancias carcinógenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción.»
Puede pasar al organismo a través de alimentos o bebidas en contacto con este material o en el caso del papel, tras un contacto prolongado.
Para evitar estos riesgos es recomendable reducir el uso de alimentos enlatados y utensilios o recipientes elaborados a partir de plástico así como los recibos de las tiendas. Si vas a hacer uso del plástico rechaza aquellos con un número de reciclaje de 6 y 7, es de esperar que contentan BPA.
Pesticidas
Los pesticidas o plaguicidas son sustancias tóxicas que se utilizan para proteger los cultivos y plantas de insectos, hongos o cualquier otra plaga que pueda dañarlos.
Dada su toxicidad pueden generar graves problemas de salud en las personas si restos de estos productos pasan al organismo.
Para evitar esto, antes de permitir el uso de pesticidas se establece un límite máximo legal de residuos que pueden permanecer en cada alimento para asegurar una ingesta segura.
A pesar de ello, en torno al 70% de los productos frescos vendidos en Estados Unidos tienen residuos de pesticidas, encontró el pasado año un análisis elaborado por Grupo de Trabajo Ambiental con datos del Departamento de Agricultura estadounidense.
Los riesgos para la salud que acarrean los pesticidas incluyen desarrollar cáncer y otros problemas en los sistemas reproductivo, inmunitario o nervioso, indica la OMS.
Para evitarlo, es recomendable optar por productos ecológicos siempre que sea posible. Por supuesto no consumas alimentos frescos sin antes haberlos lavado e incluso opta por pelar su piel para mayor seguridad.