Vanessa Cornelio nació con no solo con una sino con tres afecciones médicas graves, cada una con un efecto diferente pero complicado.
La chica de Arizona, Estados Unidos padece de neurofibromatosis, un trastorno genético que causa que se formen tumores en su sistema nervioso y que cuelgan por su cuerpo. Cuando Vanessa tenía 4 años, le diagnosticaron escoliosis y cifosis, ambas provocan curvaturas anormales en su columna vertebral.
Desarrolló dolor de espalda, cadera y cuello y comenzó a caminar con una curvatura evidente. Su cuerpo está cubierto de bultos y cicatrices. Sufre de mal equilibrio y hormigueo en las extremidades, junto con una serie de otros efectos secundarios negativos.
A los 12 años, su apariencia física experimentaba cambios drásticos. Pero a diferencia de sus compañeras de clase, que atravesaban la pubertad, ella no desarrollaba sus senos, ni caderas, sino que más y más tumores.
En los últimos años ha tenido que someterse a cerca de 15 operaciones y las complicaciones no desaparecen del todo. Ha sido difícil para Vanessa estar bien con todas estas afecciones que la aquejan.
Aunque su destino parecía poco alentador, el destino tenía cosas buenas preparadas para Vanessa. Cuando comía en un restaurante local, conoció a un hombre que se robó su corazón. Él se enamoró de ella y juntos comenzaron una linda historia de amor, que se convertiría en una adorable familia.
Pero cuando Vanessa dio a luz a su hijo Daniel Jr, supo que también padecía neurofibromatosis. Lejos de dejar que esto los derrotara, decidió hacer pública su historia y mostrar su cuerpo al mundo. Con más confianza que nunca.
Source: UPSOCL
