Por. – Benjamín Bojórquez Olea.
La jugada absurda del PT en Sinaloa…
En la historia política —y también en la historia universal— siempre han existido personajes que confunden astucia con oportunismo, y estrategia con simple ambición personal. Tucídides lo advertía en La Guerra del Peloponeso: “cuando los hombres creen que la conveniencia sustituye a la virtud, las ciudades caen en manos de los peores”. Y hoy, en la política sinaloense, estamos frente a uno de esos casos que desmontan, de un golpe, la romantización del compromiso partidista.
La reciente propuesta de la Ley General de Aguas enviada por la ejecutiva federal a la cámara baja no sólo encendió el debate nacional; reveló con crudeza quién está dispuesto a subirse al barco de la lealtad y quién rema únicamente para sí mismo. Y entre estos últimos, el caso más llamativo —y casi caricaturesco— es el del diputado federal sinaloense del Partido del Trabajo, Jesús Fernando García Hernández, mejor conocido entre pasillos, cafés políticos y reuniones de estrategas como “el diputado fantasma”.
Fantasma, porque no aparece en su distrito, fantasma porque nadie lo ve trabajar, y fantasma porque sus decisiones son tan silenciosas como sus ambiciones son estruendosas. Pero seguramente dará marcha atrás y eso nos dará la razón. Cuestión de tiempo
Su voto en contra de la propuesta ejecutiva federal no es un acto de valentía legislativa, ni un raro momento de autonomía política. Al contrario: es el grito desesperado de quien quiere hacerse notar porque sabe que, de lo contrario, ni en su propia cuadra lo reconocen. Quienes lo conocen —y quienes alguna vez intentaron justificarlo— confirman que no es ideología lo que mueve ese botón de votación, sino la esperanza casi infantil de que el PT lo convierta en candidato a gobernador en 2027.
Sí, gobernador. El sueño dorado de quien ni siquiera logra levantar polvo en un distrito donde la gente ya lo bautizó como un representante ausente.
Más allá del ridículo intento, lo que sorprende es la jugada que se esconde detrás: buscar una negociación para una pluri federal, una pluri local… y si el viento no sopla, conformarse con volver a ser candidato a la alcaldía de Navolato. Todo, claro está, siempre y cuando Morena lo cargue como lastre en una coalición que, sobra decirlo, no necesita fantasmas ni oportunistas.
Pero lo grave no es su ambición. Lo grave es su mensaje. Y aquí vale recordar a Maquiavelo: “No hay nada más difícil que tomar la iniciativa en un nuevo orden de cosas, porque el reformador tiene por enemigos a todos los beneficiarios del orden antiguo.” Este diputado cree que está reformando algo. Cree que su jugada lo vuelve audaz. En realidad solo dejó en evidencia una deslealtad sin máscara, un intento burdo por jugar con Dios y con el Diablo creyendo que nadie lo notaría. Pero se notó. Y vaya que se notó.
En política, la fidelidad no siempre es virtud, pero la traición constante sí es vicio. La presidenta Claudia Sheinbaum envía una propuesta estructural, y él —que presume lealtad ciega al partido y amor eterno a la 4T— decide desmarcarse esperando que alguien, en algún lado, le aplauda el “valor”.
El problema es que quien traiciona una vez, no tarda en traicionar dos. Y ningún liderazgo serio apuesta por quien tiene el historial de un chapulín que brinca no por estrategia, sino por desesperación.
Para colmo, su trayectoria está repleta de favores, compadrazgos y negociaciones en lo oscurito. Recordemos que tuvo que hacerse compadre de Fernández Noroña para conseguir su aterrizaje en el PT. Y hoy presume, incluso, haber “arreglado” el apoyo de la senadora Imelda Castro, pese a que ni siquiera se ha definido la alianza nacional PT–Morena. La ambición, cuando se disfraza de estrategia, suele convertirse en farsa.
Y si hablamos de farsas, la más dolorosa para los ciudadanos es su abandono del distrito federal 03, que abarca Navolato, Badiraguato, Mocorito, Angostura, Salvador Alvarado y Sinaloa Municipio. No hay gestión, no hay presencia, no hay resultados. Solo hay silencio, humo… y sueños de grandeza.
GOTITAS DE AGUA:
Polibio decía que las naciones se corrompen cuando quienes deben servir se sirven de las instituciones. Hoy, el ejemplo es tan claro como brutal.
Y mientras este diputado fantasma sigue creyendo que ya se ve con banda de gobernador, el pueblo de su distrito sigue esperando lo básico: que por lo menos aparezca. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos el lunes”…
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