Por Érick Galicia Lozano
México, 20 Sep (Notimex).- “Duro, macizo y conciso”. No, no es la característica de la entrada de una nota, es la descripción que hacen los habitantes del sur de la Ciudad de México que resultaron afectados por el sismo de 7.1 grados, ocurrido la víspera.
Y es que por donde quiera que se vea, el sur de la Ciudad de México resultó por mucho una de las zonas más afectadas de la capital del país, en donde llama la atención la tradicional zona comercial de Miramontes, desde Acoxpa hasta Calzada de las Bombas.
La noche llegó a su fin, y por curioso que parezca, las calles que en condiciones normales suelen estar llenas de vehículos desde las 5:00 horas, permanecen con tráfico escaso, como si se tratara de un día feriado, donde apenas uno que otro desvelado circula por la ciudad.
Por momentos las calles de la zona que comparten las delegaciones Tlalpan y Coyoacán parecieran el escenario de una ciudad fantasma, con casas sin luz y un silencio poco común, el cual es sólo roto por el sonido de los pasos de la gente que se encamina rumbo a sus trabajos o a continuar brindando ayuda en las zonas dañadas del lugar.
Destaca en particular la cuadra conformada por las calles de Miramontes, Calzada del Hueso, Rancho Vista Hermosa y Rancho de los Arcos, donde los edificios han sido desalojados en su totalidad dado que la mayoría de ellos resultaron dañados.
“Ni en el sismo de 85 ni en el del pasado 7 de septiembre nos causaron tanto daño como el de ayer”, comenta una de las vecinas que lleva 34 años de vivir en el lugar y que desde ayer ha permanecido sobre la banqueta junto con sus vecinos en espera de que lleguen los peritos de Protección Civil a revisar el lugar.
“Hemos tenido temblores fuertes, y ninguno nos había causado demasiados problemas, pero con el de ayer nos hemos quedado completamente sin hogar”, subrayó.
Y es que para sorpresa de quien pasa por el lugar, todos los edificios muestran fisuras marcadas y en ocasiones con fracturas que han dejado expuestos las camas, los muebles, los libros y demás posesiones de quienes vivían en el lugar, principalmente todos los del primer piso.
No faltan los vecinos que a primera hora han acudido para tratar de rescatar lo más importante o lo más que pueden, “lo demás ya no importa”, comenta una vecina que termina de cargar su camioneta para partir con su familia fuera de la ciudad.
Pero para quienes no tienen otro lugar a dónde ir, “no hay de otra más que esperar”, comenta un vecino de edad avanzada, quien comparte que ayer pasaron las autoridades de Protección Civil de a rápido, ya que se está dando prioridad a los edificios que se cayeron de donde están rescatando gente”.